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Aunque Bambam se negó repetidas veces a que hablara con su hermano, él quería hacerlo, no le parecía justo que su amigo sufriera las consecuencias de decirle la verdad a Yugyeom, además verlo triste y llorar no era nada agradable.

— Yug — habló apenas vio a su hermano caminar al salón — ¿podemos hablar?

Como lo esperaba Yugyeom le sonrió y asintió, así que se dirigió a la biblioteca con su hermano siguiéndolo, la biblioteca era de los únicos lugares en los que se podía hablar tranquilos y en privado -que era lo más importante-.

— ¿Por qué aquí? — preguntó curioso el menor.

— Porque es algo serio y necesito que hablemos en privado.

— Ah — soltó una risita nerviosa —. ¿Qué es, entonces?

— Bambam me contó lo qué pasó...

Ni siquiera pudo terminar de hablar porque el pelinegro lo interrumpió molesto. — Seguro que no, me estaba mintiendo en toda la cara y-

— No mintió — afirmó —, Bam dice la verdad ¿también me vas a gritar y decirme cosas hirientes?

La molestia en su voz era clara haciendo que Yugyeom se quedara callado por un segundo. — Tú... ¿sabes que es lo que dijo Bam siquiera?

— Sí, que nuestros padres ayudaron a robar un reino de dos buenas personas y amenazaron con matar a su hijo orillándolos a irse al mundo sin magia ¿es eso?

— Sí, en resumen...

Mark se sintió algo culpable luego de ver la mirada de su hermano, sabía que estaba teniendo una batalla mental porque por un lado no creía que sus padres hicieran nada tan horrible como le había dicho Bambam, pero por el otro sabía que Mark nunca le mentiría.

— Hablo en serio, Yugyeom — se acercó a tocar su hombro —. Si Bambam te contó todo es porque sabe lo doloroso que es para todos esto, no sabes lo que me costó regresar.

— ¿Qué quieres decir con eso? — preguntó confuso.

— Si no supiera lo malvados que fueron nuestros padres en el pasado, no hubiera regresado, te amo a ti y a Bam, pero mi otra mitad está allá afuera... y nuestros padres me lo quitaron.

— Pero Qing es tu prometida, princesa de Fenghuang.

Mark suspiró negando, pensó que Yugyeom ya había entendido lo que le decía. — No, no lo es. Ella es la princesa de Peng, sus padres robaron el trono de Fenghuang a los padres de Jackson.

Yugyeom lo miró con molestia y lo apartó de su camino. — Esto no es un cuento, Yi En. Jackson no existe.

Sintió sus ojos escocer con la afirmación de su hermano, estaba sensible por la reciente despedida y el constante vacío que tenía desde que Jackson no estaba a su lado, entonces escuchar que no existía sólo abría más la herida.

— Él existe, Yugyeom — las primeras lágrimas cayeron de sus ojos alarmando al más joven —, existe y no sabes como duele saber que de no ser por las amenazas de nuestros padres, él y yo estaríamos juntos.

— Yi En, esos pensamientos están mal — dijo susurrando —. No dejes que nuestros padres te escuchen o...

— ¿O me llevarán con Soora? — limpió sus lágrimas y vio a Yugyeom con expresión sorprendida —. Sé lo tuyo con Bambam, si conocieras a Jackson él te daría una plática de como no está mal amar... adorarías a Jackson.

Luego de largos minutos de Yugyeom callado viendo a su hermano en busca de alguna señal de mentira, suspiró.

— Bien, te creo. No sé porque, pero lo hago, quien sea que te tenga así tiene que ser real y eso sólo quiere decir que nuestros padres también están envueltos en esto.

Like a Fairy Tale // MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora