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La frustración atacó cada parte de su cuerpo cuando escuchó a Mark, deseó decirle que pensara bien las cosas, que podían llevarse mejor y el mundo era muy peligroso para que alguien como él estuviera vagando sólo por ahí, pero no quedaban fuerzas en él.

Entendía perfectamente que era su culpa que el rubio estuviera enojado, que no quisiera vivir más con él. Tenía el corazón roto, él mismo se había encargado de hacerlo al decirle algo tan hiriente como que no era real, quiso fingir que no sabía que le afectaría, aunque era inútil, sabía que Yi En era sensible, siempre lo supo porque aunque era el pequeño héroe, el futuro rey fuerte y genial, Yi En tenía miedo a la oscuridad, se entristecía cuando otros niños le decían tonto o cuando escuchaba por accidente al personal del reino decir que no creían capaz al chico de ser un buen Rey.

Si todos los libros eran su vida como él suponía, tenía total conocimiento de que Mark era alguien sensible y una pequeña palabra podía hacer un gran daño en su corazón, era fuerte, sí, pero hasta el más fuerte se siente miserable cuando alguien que ama niega su existencia.

— Soy un idiota — suspiró y cerró sus ojos mientras se recargaba en el cofre del auto.

Luego de largos minutos sintió la cálida mano posarse en su hombro, llamándolo, sabía que no era la mano de Jaebeom, su amigo era más tosco y menos tímido, pero tampoco quería asumir que era Mark porque en realidad solo fue un ligero toque que podía ser de cualquiera.

Aunque deseaba con todas sus fuerzas que fuera Mark, que le dijera que regresaría a su casa donde podía estar seguro y podían pasar mas tiempo juntos. No quería aceptar que la ilusión lo llenó cuando descubrió que por muy loca que fuera la situación el castaño era el verdadero Yi En.

— ¿Qué pasa? — preguntó todavía con sus ojos cerrados, luego de que volvieran a tocar su hombro.

— Yo... — abrió un ojo, viendo como Mark tenía la mirada fija al piso buscando las palabras que quería decirle.

Tan lindo.

Suspiró y tomó el mentón de Mark para levantar su mirada y conectar sus ojos, no quería que el principe dijera nada hasta que él se disculpara primero.

— Yi En, lamento mucho lo que dije... parece irreal y que me volví loco por decir lo que diré, pero sé que eres real, que cada partícula en ti existe, te veo y te siento. Creo que eso es lo que me aterra en primer lugar.

Mark parpadeó lentamente aún asimilando las palabras de Jackson, causándole algo de gracia al castaño por la mirada ligeramente sorprendida y sus labios entreabiertos como si estuviera buscando que decir exactamente.

— ¿Qué te da miedo?

Soltó en un susurró que apenas sí llegó a sus oídos, Mark dio un paso atrás, ninguno se había percatado de lo cerca que estaban hasta que las puntas de sus pies se tocaron.

— Qué seas real... Yi En cuando era niño yo estaba enamorado -por decirlo de una manera- de ti, siempre que me leían tus historias sentía celos de la princesa que siempre estaba revoloteando a tu alrededor y no valoraban lo que eres en realidad.

— Un chillón — dijo con algo de recelo.

— No. Yi En eres muy fuerte, siempre sales adelante y no dejas que las personas tengan la dicha de verte caer. Siempre fue así, desde que eras niño recibías fuertes críticas por amar los libros de "fantasía"

— Eran libros sobre ti. Yo estaba enamorado de ti cuando era niño, siempre pensé que eras increíble porque aunque los niños fueran mas altos que tu siempre te defendías. Amas a tus padres de una manera muy linda y siempre fuiste muy considerado.

Like a Fairy Tale // MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora