.Prólogo.

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Dejo caer el móvil sobre mi cama mientras todavía procesaba lo que acababa de leer. Fue una locura, definitivamente no lo vi venir en absoluto.

—Bastien—su nombre en mis labios sonó tan triste.

Antes de saberlo; estaba llorando. Las lágrimas no dejaban de caer por mis mejillas. Mi corazón duele demasiado.
Mi favorito está muerto, lo mató la mujer que amaba. Esta novela web es una mierda.

—Debería matar a la escritora—ese pensamiento era muy tentador.
—Bastien—comencé a llorar como Magdalena encerrada en mi habitación.

Unos golpes en mi puerta interrumpieron mi llanto. Me levanté de mi cama y abrí, apareció Darlene ante mis ojos.
Tenía el ceño fruncido y se acomodaba las gafas de montura negra que cubrìan la mitad de su cara.
Oh, mierda. Se me olvidó que estaba estudiando porque mañana tenía un examen de matemáticas.

—Por qué estás llorando? Interrumpes mis estudios—resopla molesta y vuelve a tocar sus gafas. Siempre hace eso cuando está cabreada.
—Se murió, Darlene—susurro mientras las lágrimas comienzan amontonarse en mis ojos. Mis labios tiemblan a pesar de que los estoy mordiendo.

La expresión seria de mi roomie se desvanece dando paso a la preocupación. Es comprensible, nunca me ha visto así. Ni siquiera cuando rompí con Lewis.

—Quién murió Lore? Dime—dice mientras se aferra a mis hombros.
—Èl...

Dios, no puedo continuar. En serio, por qué tuvo que morir Bastien.

—No digas más, todo estará bien—dijo Darlene abrazándome fuerte. Yo me agarro a ella como si se tratase de un salvavidas.
—Se murió Bastien. Darlene, Bastien se murió!!—grito mientras comienzo a llorar más fuerte.

Las palmaditas se detienen y Darlene se queda quieta como piedra. Se aleja un poco de mi y me observa con cara pétrea.

—Quién se murió?—interroga nuevamente y mis alaridos de perro lastimado se detienen.

De alguna manera siento que estoy en problemas. Un sudor frío estalla en mi espalda. Una sonrisa tensa crece en mi rostro tratando de relajar la situación. Bastien se desvanece de mi mente al sentir que soy yo la que morirá a manos de Darlene.

—Pues, Bastien se murió. La maldita bruja de Rosemary le atravesó el corazón con una daga—esa perra loca. Si la tuviera en frente la haría pedazos.

Darlene inspira y expira lentamente al escucharme. Es lo que hace cuando está realmente molesta y a punto de matarme por ser estúpida.

—En otras palabras, lloraste porque un personaje ficticio acaba de morir y me hiciste preocupar por eso. Además de interrumpir mis estudios. Agradece que no estás muriendo ahora mismo—esa sonrisa en su cara da miedo.
—Me inclino ante usted, su majestad. Su gracia es inconmensurable—digo haciendo un arco perfecto de noventa grados. Practique mucho para estos cases.
—Estás filmando una novela de època?—a pesar de que intenta aparentar estar molesta, sé que no lo está.

Yo le sonrío y ella solo suspira. En ese instante mi estómago ruge. Olvide que no he cenado por estar leyendo la novela.

—Mejor comamos algo. Así me cuentas—yo asiento feliz.

Ambas caminamos por el pasillo angosto de nuestro pequeño departamento llegando a la reducida sala de estar que conecta a la cocina. Me siento en una silla de la mesa redonda colocada en el centro del espacio intermedio que nombramos comedor.
Darlene se dirige a la pequeña alacena empotrada a la pared y agarra dos paquetes de sopa instantánea.

—Tampoco has comido? Pensé que ya habías cenado—me encerré en mi habitación nada más llegar de la universidad para terminar de leer la novela web.
—Necesitaba estudiar. La cena es lo último que pasó por mi mente—responde mientras pone a hervir el agua en la hornilla y lanza el ramen dentro de la olla.
—Eso no está bien. Tienes anemia, deberías cuidarte más—estoy preocupada por ella. No come lo suficiente y siempre está dentro de la habitación atrapada con sus libros de contabilidad.

Ella se voltea y me brinda una sonrisa  incomóda. Eso me enoja bastante. Sé por qué Darlene estudia tanto; por sus padres. Darlene Kim o Kim Su Han, es una estudiante de intercambio coreana. Vino a Estados Unidos a estudiar Gestión de Empresas por una beca patrocinada por B&H Group, igual que yo.
Soy una estudiante mexicana que estudia Arte y Literatura. Vine también gracias por ese programa de becas.
De hecho, las cuatro chicas que vivimos aquí somos estudiantes de intercambio y de diferentes nacionalidades.
Los primeros días fueron caóticos debido a nuestras diferentes costumbres y personalidades.
Solo de pensar en eso tiemblo.

—Quieres un huevo con tu ramen?—oh, mierda. Me desconecté completamente.
—Si, por favor—ella me da una sonrisa ligera y se pone a cocinar.

Es una regla establecida en esta casa. Lorena Guzmán no debe cocinar, òsea yo. Soy pésima en eso.

—Qué pasó con Bastien? Rose finalmente se hartó y lo mató?—ese comentario me molesta y me incomoda.

Darlene es una fiel defensora de los derechos humanos así que apoyó desde un principio a Rosemary.

—Si, mató a mi favorito. Después se suicidó, esa fue la mejor parte—solo de recordar esa escena me hace sonreír.

Darlene al escuchar mis palabras suspira pesadamente. Cree que no tengo remedio, lo cual es cierto.

—No entiendo cómo te puede gustar Bastien. Es un loco psicópata obsesivo y asesino—básicamente. Si le digo que eso es lo más encantador, me pondrá en un asilo.
—Tienes razón—ella sonríe triunfal al ver que no puedo negarlo.
—Pero aún así lo amo. Es mi favorito, no lo puedo evitar—sólo de pensar en esa sonrisa llena de locura y ojos aceitunas ligeramente estrechos, me hacen sangrar la nariz.

Darlene niega con la cabeza divertida por mi arrebato y sirve ambos platos en la mesa. Mi estómago ruge de satisfacción al ver el plato humeante de sopa caliente picante y el huevo cocido se ve sumamente delicioso.

—Palillos o tenedor?—interroga Darlene levantando ambos.

Darlene nos enseñó a comer con palillos pero todavía no soy tan buena con ellos como Blaire o Gladys.

—Palillos—aún así no daré marcha atrás al desafío.

Darlene agarra dos juegos y se sienta frente a mi. Ambas agarramos los fídeos largos y damos un probado. El sabor picante del pollo estalla en el interior de mi boca y lloro de felicidad. Es tan delicioso.

—Volviendo al tema de Bastien, tú eres masoquista. No me queda dudas—dice señalando hacia mi dirección antes de sorber el ramen.
—Tienes razón, lo reconozco. Primero muerta que antes gustarme Carlisle—digo dando otro gran bocado de mi sopa. Siento como el vapor quema mi lengua, es tan vigorizante.
—Si Gladys te oye, es capaz de matarte—dice divertida y yo asiento.
—Maldigo la hora en que le recomendé la novela. Se volverá loca cuando vea que Bastien lo asesinó—hablo antes de beber un poco de soda. Las burbujas hacen cosquillas en mi garganta.
—Bastien es un bastardo. Asesinó a toda su familia porque Rose no le hacía caso—ella acribilla al huevo de su plato con sus palillos mientras frunce el ceño.
—En realidad no me gustó cuando mató al príncipe Kirah—los ojos de Darlene se detienen en mí al escucharme.

Sus mejillas se sonrojan un poco al verme sonreír divertida. Darlene es realmente tímida, incluso se pone nerviosa cuando es atrapada gustándole un personaje ficticio.
Sí, mi amiga también tenía su favorito y era el príncipe heredero del Sacro Imperio Triskel; Kirah Kirigan.

—Ya te he dicho...

Darlene es interrumpida cuando escuchamos el pitido de la puerta al desbloquearse. Ambas miramos en dirección a la entrada y allí vemos a nuestras compañeras de piso. Gladys y Blaire acaban de llegar. Supongo que disfrutaron de la fiesta.

—Estamos en casa—saluda Blaire con una sonrisa cálida en sus labios.
—Oh, están cenando ramen—dice Gladys con ojos brillantes acercándose.
—Aléjate de mi sopa, espirítu maligno—digo protegiendo a mi plato de su mirada insidiosa.
—Eres tacaña, Lorena—refunfuña molesta. No me importa, que se haga la suya.

Darlene y Blaire ríen divertidas por nuestro intercambio. En ese momento , el suelo comienza a temblar.
Las luces parpadean y los adornos caen al suelo rompiéndose.

—Qué está pasando?—grita asustada Gladys.

El infierno se desató.

Las espinas de una Rosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora