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La señora Lockwood corrió a cubrirla, se interpuso en el camino de la mirada indiscreta de Bastien tapando por completo la figura desnuda de la Gran Duquesa.
Lorena, quien ahora era Rosemary, la miró con una leve molestia.

"No ves qué estoy cautivando a mi favorito?"
Ese fue el pensamiento que transitó por su mente en ese segundo.

—Mi lord, la Gran Duquesa no está presentable en estos momentos. Por favor, espere unas horas—pidió servil pero sin brechas la señora Lockwood.

A pesar de que quería continuar viendo a su esposa, reconoció que no era buena idea en esos instantes.
Bastien asintió y decidió retirarse en silencio.
Lorena, al reconocer que estaba a punto de marcharse sin siquiera hablar, se puso ansiosa.

—Quién eres?—así que preguntó con la intención de detenerlo un poco más a su lado.

Bastien se detuvo ligeramente sorprendido de que Rose fuera la primera en dirigirle la palabra. Las escasas conversaciones que tuvieron, siempre fueron iniciadas por él.

—Soy el dueño de esta casa y tu esposo—contestó sin dudar.

El corazón de Lorena se estremeció, sus pupilas temblaron y una sonrisa quería crecer en sus labios.

"Mi esposo, que bien suena eso"
La calidez se extendió en cada rincón de su pecho como un maremoto.

—Cuál es tu nombre?—al escuchar su voz nuevamente preguntando su nombre, la confusión creció en él.

Pensó que su comentario la descolocó, le habían dicho muchas veces que no tenía tacto al hablar. Fue una agradable sorpresa verla interesada en él.

—Bastien Thorne—respondió dudando por su reacción. Tal vez reconocería su nombre y esta pequeña muestra de felicidad se desvanecería.

Al contrario de sus temores, una gran sonrisa creció en el rostro de su joven esposa. Su corazón fue sacudido sin remedio.

—Es un nombre muy bonito—las palabras dulces se sintieron como cosquillas en su estómago.

Los ojos aceitunas se vieron atraídos por ella sin remedio. Sus mejillas se sintieron demasiado calientes y tuvo que apartar la mirada avergonzado.
La señora Lockwood que se interponía entre ellos estaba en shock por lo que estaba presenciando.

—Te veré más tarde, Bastien—dijo mientras le sonreía.

Bastien asintió descolocado y salió de la habitación cerrando las puertas para que nadie viera a Rose desnuda.
La insignficante y corta conversación se repetía en su cabeza.

"Quién eres"; su expresión llena de curiosidad y expectación en ese instante.

"Cuál es tu nombre"; su pregunta cuidadosa y premeditada interesada en él.

"Es un nombre muy bonito"; su bella sonrisa que parecía iluminar el mundo.

"Te veré más tarde, Bastien"; y una promesa hecha mientras decía su nombre por primera vez.

Bastien se apoyó contra la pared mientras suspiraba y despeinaba su cabello. La corbata en su cuello le asfixiaba y se sentía extremedamente consciente de su cuerpo.
Necesitaba un baño de agua helada para calmarse o podría entrar a esa habitación y sacar a la señora Lockwood.

—De hecho, no es mala idea—dijo mientras cerraba sus ojos recordando el cuerpo desnudo de Rosemary.

Solo de imaginarse sus manos acariciando su piel, su polla comenzaba a responder.
Sin embargo debía esperar o podría asustarla.
Era la primera vez que Rosemary se mostraba tan abierta y tranquila en su presencia.
No podía echarlo a perder por su impaciencia.

Las espinas de una Rosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora