Algodón de azúcar: MY SOULMATE ❦ Kookmin

26 AÑOS

Terminó de secar sus manos con el papel toalla y lo arrojó dentro de la papelera, luego levantó la mirada para ver su reflejo en el espejo, su piel lucía radiante en aquella mañana, su suéter blanco se veía tan suave y perfectamente acomodado, al igual que sus algo ceñidos jeans azules; luego de un último vistazo, usó sus dedos para acomodar sus cabellos rubios detrás de su oreja, y hecho esto salió del baño para dirigirse al salón de clases.

Jimin deja su maletín de cuero marrón sobre su escritorio y seguido a ello contempla minuciosamente aquel pintoresco espacio, todo está completamente limpio y ordenado, cada mesita en su estratégica posición usual, los coloridos muebles sin rastro de polvo, y todos los elementos didácticos permanecen sostenidos de la pared.

Soltando un suspiro de sosiego, el rubio vislumbra el paisaje del jardín de la escuela a través de la ventana; puede apreciar las copas de los árboles con escasas hojas, y aquel cielo tan nublado y frío que resulta recurrente en los últimos días.

  - Es lo suficientemente temprano para comenzar, mis pequeños llegarán pronto --- se dice así mismo mientras abre su bolso para sacar unas cuantas hojas de papel.

Jimin se dirige hacia el pizarrón y comienza a deslizar el adhesivo para pegar cada una de las hojas, en las cuales se deja ver a una fruta caricaturesca, cada una con una expresión pintada a modo de rostro, que demuestra diferentes emociones con ligera exageración.

Al terminar, toma un plumón grueso de color verde y comienza a delinear en la parte alta del pizarrón:

"Las emociones"

Pasan apenas unos minutos luego de haber terminado de preparar todo, cuando un murmullo y sonidos de pequeños zapatos sobre el suelo llegan a sus oídos.

Jimin sonríe y, con una delicada voz, pronuncia un permiso para ingresar al salón.

La imagen de un pequeño niño ingresando por la puerta se hace presente, al igual que la imagen de una niña que permanece de pie en el umbral de la puerta.

  - Buenos días Beomgyu --- saluda Jimin con ternura, inclinándose para quedar cara a cara con el pequeño.

  - Buenos días maestlo Mimi, feliz cumpleaños, le tlaje esto por su día --- extiende con sus pequeñas manitos una apetitosa manzana hacia el mayor.

  - Oww, muchas gracias corazón --- agradece tomando el obsequio y otorgándole una sincera sonrisa --- puedes ir a sentarte.

El pequeño asiente y se encamina hacia su habitual puesto en la clase, es entonces cuando la niña comienza a caminar hacia el rubio, e inmediatamente un ansioso y saltarín niño toma su lugar en el umbral de la puerta.

  - Bu-buenos días maestlo --- saluda la pequeña en voz baja y con una tímida sonrisita --- feliz día, es pala usted --- habla rápida y agudamente, extendiendo una pera visiblemente fresca hacia Jimin.

  - Gracias mi amor --- responde cálidamente mientras repite la acción de recibir el obsequio --- me encanta la pera --- comenta y a la vez deja una caricia en la pequeña y regordeta mejilla de la pequeña --- puedes ir a tu sitio Hanni.

Dicho esto, la niña se retira del lugar y el ansioso niño ingresa al aula dando brincos y llegando prontamente hasta el mayor.

  - BUENOS DÍAS MAESTLO MIMI --- exclama con gran felicidad --- feliz cumpleaños al maestlo más bonito de toda la escuela.

  - Oh, muchas gracias Minho, tú siempre tan encantador.

  - Yo le tlaje todos estos regalos, polque yo a usted lo quiero mucho maestlo Mimi --- dice el pequeño mostrando una flor, un papel doblado y una cajita de repostería que apenas puede sostener con sus dos pequeñas manos.