15 AÑOS

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Eran las siete de la noche cuando el sonido del timbre de la casa alertó a Jimin, quién al escucharlo, se puso de pie sin prisa para dirigirse al espejo de su habitación.

Su jean de corte recto le marcaba muy bien sus gruesos muslos, sus caderas y claramente también su trasero, la camiseta blanca se veía perfecta dentro de aquel suave y fino suéter de color vino que había elegido; aún así, decidió tomar un hombro del suéter y dejarlo resbalar por su brazo, logrando que la camiseta sin mangas dejara a la vista su hombro, de piel tan blanca y tan suave como la tela de aquel suéter.

Las Converse blancas también combinaban perfecto con el resto de las prendas, salvo por el detalle de dejarlo ver pequeño. El pelinegro torció la boca por la duda, concluyendo finalmente en no realizar cambio alguno a su atuendo.

Se dirigió luego a la puerta de su casa para abrirla; y ahí estaba Jungkook, de pie en el pórtico de su casa, con una mano sostenida en el barandal de los escalones y la otra en el bolsillo trasero de su pantalón.

Jimin observó de pies a cabeza al chico frente a él, con sus jeans rasgados, su chaqueta negra y una camiseta blanca debajo de ella, su piel blanca y su cabello ligeramente húmedo por la ducha que seguramente tomó poco antes de presentarse ante él, el más pequeño admitía que Jungkook era guapo, pero con una vestimenta bien pensada era inevitablemente irresistible.

  - ¿Nos vamos? --- cuestionó Jungkook sonriendo entusiasmado, y deleitándose "disimuladamente" con la belleza de su amigo.

  - Oh, te ves muy alto Jungkookie --- mencionó el pequeño haciendo un puchero y mirando con recelo las Combat Boots de Jungkook.

Y es que, los usuales seis centímetros que le llevaba Jungkook parecían haberse convertido en diez.

  - Y tú te ves muy lindo desde esta altura --- dijo riendo sin burla.

Jimin intensificó su puchero y pasó por un lado de Jungkook, quién rápidamente se giró con una sonrisita y comenzó a caminar al lado del más pequeño.

En poco más de media hora, ambos habían llegado a la casa de Jin, un chico de su escuela y dos años mayor que ellos.

  - Jungkookie ¿estás seguro de esto? --- pregunta Jimin pareciendo intimidado.

La pareja de amigos se encontraba de pie en la calle, desde donde se podía escuchar la música proveniente de aquella lujosa propiedad.

  - Claro que sí Jiminnie, Jin fue muy amable al invitarnos a su fiesta, y, además, ya estamos aquí.

  - Pero la mayoría de chicos ahí tiene diecisiete, y nuestros padres creen que venimos a una fiesta de chicos de nuestra edad, y...

  - Ay, vamos Jimin, la pasaremos bien --- ruega Jungkook mostrándose impaciente.

  - De acuerdo, pero solo nos quedaremos hasta las nueve, ¿está bien?

El más alto asintió conforme con la petición y luego tomó la mano de Jimin para guiarlo al interior de la casa.

  - Wou --- exclamó Jungkook cuando el panorama de la fiesta se presentó frente a ellos.

La casa estaba iluminada y la música retumbaba, había muchos chicos en el lugar a quienes nunca antes habían visto, algunos de los invitados platicaban y bebían en los sofás que descansaban en algunas esquinas de aquel amplio salón, y muchos otros bailaban en medio de todo el lugar.

  - Jungkook --- llama el mas pequeño tirando de la chaqueta de su amigo --- huele a alcohol, hay alcohol en esta fiesta --- contempla con una mirada de espanto.

Algodón de azúcar: MY SOULMATE ❦ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora