III

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Narrador omnisciente.

~10 años~
Sábado.

— ¡¿Cómo que ya diste tu primer beso?!

— ¡No lo grites! Mamá está abajo...— Recriminó Tom.

Ambos estaban sentados en la cama del mayor, con un Bill muy sorprendido y enojado.
Siempre se contaban todo, pero esta vez Tom había guardado un secreto que sin querer ese día se le escapó.

— ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Con quién? ¿Cómo fue? ¿Qué se siente? — Tenía mucha curiosidad al respecto.

— Mhm...con la hija de la amiga de mamá. El año pasado. No fue para tanto, no sé por qué a los adultos les gusta eso. Es...baboso...me llenó la cara de baba. Después le dije que no quería volver a verla. Fue incómodo. — Recordó con una mueca de asco.

— No es justo. Yo aún no di mi primer beso. Yo quiero saber qué se siente, en las películas parece que es bonito.

— Se siente baboso.

— Seguro ella no sabía besar.

— ¿Y tú sí sabes acaso? — Tom lo miró alzando una ceja.

— Obvio no, no bese a nadie. Pero ¿No es sólo juntar los labios? No debe de ser tan difícil.

— Eso es más un "besito", yo di un beso de adultos. Donde mueves los labios.

— Sigue pareciendo algo sencillo. — Bill imaginaba que si solo era eso, sería muy fácil poder hacerlo bien.

— No lo es.

— ¿A cuántas chicas ya has besado?

— Creo que ¿tres?

— ¡No es justo! ¿Por qué tenías que ser tú el popular con las chicas?

— Dicen que les gusta mis rastas.

— Apuesto a que mi primer beso si será perfecto.

— No sabes besar. También va a ser raro.

— Hm...No quiero que una chica se lleve una mala impresión de mí. Debería practicar.

— La única forma de practicar es ya besando a alguien. — Tom alzó los hombros en un gesto de obviedad.

El menor de los Kaulitz se quedó callado mientras miraba a su hermano, haciendo una mueca con los labios que le indicaba al mayor que estaba pensando. Desvío la mirada mientras sonaba un "Mhm" desde su garganta hasta que volvió de una manera rápida y brusca la vista a su hermano.

— ¡Ya sé! — Bill dio un pequeño brinco en la cama antes de acercarse más a Tom, sentándose con las piernas cruzadas y poniendo las manos en ellas, con una sonrisa que significaba que le iba a pedir un favor. — Enséñame.

El mayor abrió los ojos con sorpresa ante la petición, viendo que el contrario estaba emocionado.
¿Enseñarle a besar?
La realidad es que Tom tampoco era como que había aprendido a hacerlo muy bien, no quería quedar mal frente a Bill ya que había estado queriendo presumir sus besos ya dados, pero tampoco fueron para tanto.
Si se negaba, Bill haría un berrinche y lo sabía.
Pero si aceptaba y él también lo hacía mal, Bill creerá que Tom le mintió sobre su experiencia.

— Bien. — Respondió sin más, acomodándose en la cama mientras sentía la presión de querer dar un buen beso. — Pero si comienzas a babear te hago tender mi cama. Y sigue lo que yo haga.

— ¡Sí, señor! — Sonrió con más amplitud, removiendo su cuerpo con emoción.

Tom sabía que él debía empezar la situación, siempre empezaba él y eso no le molestaba ya que le gustaba tomar la iniciativa.
Se acercó a Bill y puso una mano detrás de su nuca, haciendo cada vez más corta la distancia hasta estar frente a frente.

— Cierra los ojos. La pasarás mejor así.

Y Bill le hizo caso, cerrando los ojos esperando a lo que tendría que pasar y cuando sintió la respiración de su hermano chocar con la suya sus nervios aparecieron, con sus mejillas calentándose de a poco.
Cuando Tom por fin unió ambos labios el menor respiró hondo, apretando un poco sus belfos con la incógnita de no saber qué hacer.
De repente, apareció un pulgar para separarlos levemente y con suavidad hizo que esa presión en sus labios desapareciera, abriendo su pequeña boca ligeramente.
Una vez así, Tom volvió a sus labios tomando el belfo inferior de su hermano entre los suyos y cuando se comenzó a mover, apretó el agarre que tenía en su nuca incitando a que comenzara a seguirlo.
Bill con torpeza trató de hacerlo, moviéndose con timidez y por inercia colocó ambas manos en los hombros de Tom.
Ambos estaban en un beso algo torpe pero lento y con un Tom queriendo impresionar a su hermanito.
Para Bill era algo nuevo y se sentía muy bien. Era un sentimiento cálido, como un gesto cariñoso y lo estaba tratando con tanta delicadeza que pensó "Por supuesto, es Tom, él me quiere y no haría nada que me hiciera daño."
Eso le gustó.
Le gustó que sea él quien lo estuviera besando.
Después de todo, no tenía confianza con nadie más como para hacer algo así.

— ¡Niños! — Escucharon a Simone tocando la puerta de su habitación y se separaron de un golpe.

Con miedo, buscaron disimular lo que estaban haciendo con cualquier otra acción. Tom tomó su guitarra que estaba al lado de ellos (ya que posteriormente él estaba practicando un poco) y Bill simplemente tomó la compostura como cuando lo estaba escuchando tocar.

— ¡Pasa, ma! — Llamó Tom, viendo cómo la puerta se abría posteriormente y su madre se asomaba en ella.

— Niños ¿Qué quieren cenar esta noche?

Los gemelos se miraron.

— Pizza. — Dijo el menor, sabiendo que era la comida favorita de su hermano.

Tom sonrió. Después de todo, cuando mañana les hiciera la misma pregunta, él diría "Hamburguesa" ya que esas le encantaban a Bill.

Una vez Simone fue a hacer el pedido de la pizza, los gemelos Kaulitz se recostaron en la cama con un suspiro de relajación. Bill se había aferrado al cuerpo de Tom, y este le acariciaba la espalda.

— ¿Lo hice bien? — Preguntó Bill un poco avergonzado.

— Lo hiciste bien...porque me hiciste caso. — Besó su coronilla.

Ambos se durmieron en la espera de la cena, y cuando Simone fue a llamarlos, al encontrarlos abrazados les sacó una foto que guardaría para su álbum.
Tom abrazando a Bill aferrándolo a su pecho, y el menor con las manos hechas puño haciéndose una pequeña bolita, dejándose atrapar por los brazos de su hermano.

Promise me || TWC Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora