Cuando los vientos dejen

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Y cuando los vientos dejen

No será de mi aquel viento nato que me azota la cara cuando a su brisa encuentra el pasar. No será su cielo, sus nubes, su color perceptivo de su silueta azul debido al contacto con el sol y el mar.

No será su viento el que me respire en la nuca dispuesto a ponerme nervioso cuando sus ojos y los míos se cruzan. No será qué, sembrino de sus labios que tienen color a besos de curar. No serán sus manos, que me erizan la mente y mis neuronas comienzas a estallar.

No será la brisa la que me azota, cómo el sol de las mañanas, y no será aquel picante como cuando se revela en más tarde. Ya es de noche y ha dejado de asolear. Ahora está la luna, que con una brisa, un viento si es que está helado, de infiernos de noches que me hacen sollozar.
Cuando los vientos dejen y los pulmones no permitan respirar, cuando sembrino deseas irte, no sea viento, si no, un aquí ya no estás.

¿Dónde queda el viento?
Si has querido dejar un gran mal.

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