Capítulo 9: El pródigo Weasley

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Molly Weasley no estaba teniendo un buen día, comenzó con la entrega del Profeta y fue cuesta abajo rápidamente desde allí. Su hija obsesionada con 'Harry Potter' había estado llorando la mayor parte del día y Molly no sabía qué hacer para ayudar a su pequeña.

La madre preocupada se había opuesto cuando Arthur trajo a casa por primera vez el libro confiscado del ministerio, alegando que debían haber sido prohibidos por alguna razón. Arthur le aseguró que era simplemente un libro de cuentos para niños, retirado por motivos de derechos de autor, y comenzó a usar el libro prohibido para los cuentos de Ginny antes de dormir. Bueno, en comparación con el niño que vivió luchando contra los dragones para salvar el día, Babbitty Rabbitty y los demás nunca tuvieron una mirada desde entonces con la pequeña Ginny Weasley.

Acompañó a sus cuatro hermanos que se dirigían a Hogwarts a Kings Cross el primero de septiembre, con la esperanza de ver a su héroe. Ginny se había sentido decepcionada, pero se consoló con el hecho de que estaría en Gryffindor el próximo año, junto con Harry Potter. El Profeta de hoy había destrozado esas fantasías juveniles y roto su pequeño corazón.

Como si eso no fuera suficientemente malo, Molly acababa de recibir una carta inquietante de Ron. Su primer instinto fue correr a Hogwarts y comenzar a usar su varita, pero las divagaciones de su hijo menor simplemente no tenían sentido para su madre. Para empezar, tenía tres hermanos mayores en la misma casa. Molly no podía creer que retrocedieran y dejaran que su hermano menor fuera maltratado. Luego estaban Minerva y Albus a considerar. La Jefa de Gryffindor era muy protectora con sus cargos y Molly ni siquiera podía considerar que le pasara algo a uno de sus hijos mientras Albus Dumbledore estaba en Hogwarts. Había decidido esperar y discutir el asunto con su marido antes de tomar cualquier medida.

Molly se sorprendió cuando escuchó que el reloj de la familia sonaba indicando que alguien estaba viajando, segundos antes de escuchar que se activaba el Flú. Se dirigió a la cocina pensando que Arthur debía haber terminado temprano hoy cuando su grito de alegría sacudió todas las ventanas de la Madriguera. "¡FACTURA!"

El abrazo de su madre y las preguntas incesantes fueron cortadas bruscamente cuando el Flú se activó de nuevo y Ron salió. Su atención se centró instantáneamente en su hijo menor.

"Ronald Weasley, ¿qué haces en casa?"

Cuando el Flú se activó por tercera vez, descargando a Minerva McGonagall, los ojos de Molly se entrecerraron mientras su mirada se concentraba en un Ron con la cara roja. "¿Qué está pasando aquí?"

Ron nunca dijo una palabra, solo se quedó allí con la cabeza gacha. Quedó en manos de su jefe de casa romper el incómodo silencio. "Molly, necesito hablar contigo sobre el comportamiento de Ronald mientras estaba en Hogwarts".

Molly agarró a Ron por la oreja y lo arrastró hacia la mesa. "Siéntate ahí y no te muevas, regresaré cuando descubra en cuántos problemas estás metida. Minerva, ¿quieres pasar a la sala de estar?"

Mientras salían de la cocina, Bill de repente tenía a otra Weasley pelirroja en sus brazos. Ginny había escuchado claramente el grito de su madre y ahora se lanzó hacia su hermano favorito desde el pie de las escaleras. La hizo girar alrededor de la cocina antes de sentar a su hermana en la mesa. "Hola Gin, has crecido un poco desde la última vez que estuve en casa. Déjame echarte un vistazo".

Bill notó de inmediato que su hermana había estado llorando y se preocupó de inmediato, ella normalmente era una niña feliz y despreocupada. "¿Qué le pasa a mi hermana favorita? ¿Tú y mamá tuvieron una pelea?"

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