XIII

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[ 30 de Febrero, 2021 ]

El cielo estaba hermoso esa tarde, apenas unas nubes asomándose y un sol resplandeciente mostrandose sin pena alguna. Su largo cabello caía de forma fluida, tan brillante y hermoso que a cualquiera conquistaría con sólo mirarlo.

El jóven caminaba por la vereda, observaba a su alrededor, los edificios, los arboles tan verdes y genuinos, al igual que las flores llenas de colores que por ahí brotaban. Simplemente le encantaba y disfrutaba observarlas.

Los estudiantes pasaban a sus costados caminando rápido, pedaleban sobre bicicletas como si la vida dependiera de ello, sentían apuro por llegar a su casa a descansar y estar con su familia. Él por el contrario, iba a pasos lentos, relajados y automáticos, no sentía la necesidad de estar en casa, era lo mismo que la calle, que la escuela, un lugar totalmente ajeno a lo que se imaginaba como hogar.

¿Familia? ¿Acaso él tenía una?

Pateó rocas con la punta del pie, viéndolas rodar por el cemento, su vista perdida en esa simple acción, totalmente ido en sus pensamientos, al parecer su mente se negaba a volver.

─ ¡Jungkook! ─el grito lo despaviló, ese junto con el tirón en su brazo lo obligaron a frenar y volver hacia atrás a fuerzas. No comprendía qué sucedía, sólo que algo estaba mal. ─ ¿Acaso no ves por donde caminas?─lucía enojado, después de días sin verlo y de lo que pasó, ¿Era apropiado decir que nada había cambiado? ─ ¡Por poco y te pisa un puto camión! ─habló fuerte, tomándolo por los hombros con brusquedad.

El menor estaba anonadado, aturdido por el fuerte claxon que acompañaron los gritos y todo lo sucedido,  no creía que estaba a punto de cruzar una gran avenida sin ser conciente de ello.

Miró a su alrededor, notando la mayoría de miradas puestas en él, algunas eran asustadas y otras juzgadoras, no lo dejaban de observar.

De pronto su vista recayó en la persona frente a él, sus ojos se abrieron al igual que su boca al intentar modular. Estaba molesto, al menos así se mostraba.

─ Jungkook, háblame. ─exigió serio, los ojos titilantes del menor iban de aquí para allá.

─ Yo, lo si-siento. ─logró decir, apretando con fuerza la ropa entre sus manos, en un intento por calmar un posible ataque de ansiedad, se negaba a la idea de que eso pasara.

─ Ven, vamos a cruzar. ─lo soltó para esperar el pase para los dos, mirándolo de reojo, sientiendose extraño con el pelinegro a su lado. Al cambiar el semáforo de color lo sujetó del brazo con firmeza, incitándolo a seguir sus pasos para atravesar la calle.

Ya en el otro lado ambos se negaban a mirarse, quedaron estáticos mirando a su alrededor, ninguno se animaba a hablar, siquiera mirar los ojos ajenos.

─ Gracias. ─como pudo el menor pronunció, apretando sus labios tras decirlo, la vergüenza invadiéndolo poco a poco como el color en sus mejillas.

No esperó respuesta, debido a eso le sorpendió oír su voz.

─ No fué nada. ─aseguró un poco nervioso, batiendo los cabellos rubios de su nuca, rascándola en el proceso. Observó la calle, descifrando qué decir. ─ Jungkook yo-... ─el menor lo observó con ojitos brillantes e ilusionados, tanto así que se le apretó un poco el corazón. ─ ¿Quieres acompañarme a caminar? ─finalmente concretó, asimilando la tierna sonrisa de labios que el otro le brindó, tan genuina y adorable, que lo veía difícil de creer después de todo lo que pasó.

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2023 ⏰

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