VI

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[   23 de Febrero, 2021   ]

Entré al colegio, todo bastante movido como siempre, nada fuera de lo común hasta ahora, todos con sus grupos de amigos, riendo y divirtiendose entre varios. Entré a mi salón tamando asiento, esperando los diez minutos que faltaban para comenzar la primera clase.

Puse mis auriculares y me dediqué a mirar videos de patitos en instagram, largando sonrisitas leves ante la ternura que mis ojos veían, mis ganas de tener uno entre las manos y acariciarlo.

De repente el celular entre mis manos desapareció, levanté la mirada encontrándome con uno de mis compañeros, riendo ante lo que veía en la pantalla. Mis ojos se cristalizaron y tragué fuerte.

─ Mira las mierdas que vé. ─ le pasó mi celular al compañero detrás de él, burlándose entre ambos por un simple video.

─ No solo parece marica, si no que también vé cosas de maricas.─ mi labio tembló, mi mirada se posó en ambos, suplicando que devolvieran el teléfono y se vayan sin más.

─ ¿No entendiste que no nos gustan los maricas?─  acercó su cara a la mía, su mirada cruel y hablando entre dientes, escupiendo el odio con sus palabras.

─ Yo no soy marica, ya... Ya se los dije, realmente lo siento si parezco marica sólo....─ intenté aclarar, mi voz tembló, odiaba tanto verme débil ante ellos. ─ Sólo no me hagan nada.─ pedí.

─ El marica tiene miedo.─ mi vista fué a la persona trás él. Se rieron y tiraron mi celular al aire, me apuré en reaccionar y saltar de la silla para tomarlo, poniéndolo contra mi pecho.

─ Al menos tiene reflejos, algo bueno entre toda la mierda que es. ─ quería llorar ahí mismo. Todos rieron, algunos lo disimularon y otros simplemente me apuntaron y largaron carcajadas.

Como si no vieran las dos lágrimas que caían en mis mejillas, cómo si no vieran el temblor en mis manos, cómo si no vieran al chico que decenas de días había sido golpeado frente a ellos.

Cómo si yo no fuera más que una persona que nació para herirlo.

El profesor entró, siendo mi angel de la guarda en ese momento. Todos miraron hacia la puerta, viendo la mirada extrañada de aquel hombre ante la situación en la que nos encontrabamos.

─ ¿Pasa algo?─ la voz grave del docente llegó a mis oídos dirigiendo mi vista hacia él, mi corazón latiendo con fuerza dentro de mi pecho, queriendo gritar lo que día a día me hacían.

─ Dile Jungkook, ¿Acaso pasa algo?─ mi mirada fué al chico frente a mí, quién miraba mis ojos con rabia. Tragué la saliva acumulada en mi boca, tratando de calmarme para que mi voz saliera cuerda.

─ No... Está todo bien, no se preocupe. ─ aseguré viendolo a los ojos, fingiendo una sonrisa. Fingiendo.

─ Tomen asiento todos y saquen el libro de la clase pasada. ─ el profesor tomó lugar en su pupitre, todos abodeciendo al instante. Era increíble como hacían caso a un hombre desconocido que venía dos veces por semana y no a un chico que día a día pedía ayuda frente a sus ojos.

Tan hipócritas.

─ Bien hecho Jungkookie. ─ el chico a mi lado bajó un poco para decirme al oído, mi piel erizándose, mi panza revolviéndose. Tragué las inmensas ganas de vomitar que vinieron a mí, poniendo el dorso de mi mano encima de mis labios.

─ Pediré la tarea de la clase pasada, vayan entregandola y trayendola a mi lugar, los anotaré.─  todos comenzaron a pararse, con falsas sonrisas y falsa amabilidad.

Trouvaille. // KTH + JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora