Primer Arco: ❝ Bowser, después de capturar a Luigi, idea un extraño y retorcido plan para llegar hasta Mario, ayudándose de la ingenuidad de Luigi para lograrlo, sin embargo, jamás pensó que su búsqueda por destruir al plomero de rojo terminaría en...
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❝ Algunos piensan que los monstruos nacen siendo monstruos, que algunas criaturas llegan a esta Tierra con una oscuridad tan ardiente en su corazón que ningún amor mortal puede sosegar. Creen que éstas almas no pueden alcanzar la redención y no la merecen, que son bestias y tienen como propósito causar tragedias en todos aquellos que se crucen en su camino, que son vengativas, llenas de odio, y que no merecen nada más que nuestro desprecio. ❞
El dolor en su cuerpo, la angustia en su corazón, pero sobretodo, el temor de no saber qué sucedería con él lo invadían. Encerrado en una jaula colgante sin posibilidad de escape, rodeado de algunos otros prisioneros —algunos más locos que otros— que sabían igual que él lo improbable y arriesgado que sería poner siquiera un dedo fuera de esa jaula. No sólo por correr riesgo de ser atrapado, sino por la lava hirviente sobre la que colgaban.
Suspiró pesadamente, quitándose la gorra un momento y dejándola a su lado para revolver el cabello de su cabeza y acto seguido recargarse un poco en los barrotes de la jaula, mirando con desgana su alrededor. Hacía aproximadamente quince minutos había estado en presencia de aquella enorme tortuga que no sólo lo había amenazado, sino que incluso había arrancado un pedazo de su bigote.
—Ay, Mario… —murmuró al aire—. Espero que al menos estés en mejores condiciones que yo…
[ . . . ]
11:30 P.M.
Kamek permanecía en silencio, acompañando únicamente a su rey, observando con detenimiento el recorrido que las garras de la tortuga llevaban sobre el piano. No tenía intención alguna de interrumpir, pero sentía la necesidad de comentarle a su señor el error que podría estar cometiendo. Tenía información de su inteligencia que le indicaban aquello y no tardaría en comunicarlo apenas tuviera la oportunidad.
Sólo pasaron unos minutos más hasta que la melodía tocada dejó de escucharse, sumiendo el lugar en un súbito silencio. Bowser pareció relajar su postura, mirando de reojo a Kamek, haciéndole un gesto para que explicara el por qué se su presencia cuando no la solicitó.
—Mi señor… Temo decirle que podríamos estar cometiendo un error —comenzó a hablar, acercando sus pasos hasta el rey, que le miraba con duda, demandando una explicación—. Según información que nuestro infiltrado nos dió, el humano que viaja con la princesa tiene una gran determinación y urgencia en encontrar a su hermano que, como usted sabe, está entre nuestras rejas…
—¿Y eso qué tiene que ver con Peaches?
—Ambos viajan juntos. Si usamos al humano verde como carnada, podemos llegar hasta ellos y emboscarlos. Es conveniente para nosotros, mi señor.
