Capítulo III.

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¡Advertencia! Los tiempos de esta historia NO cuadran con los de la película (ejemplo: en la película Mario y Peach tardan un día en llegar al reino de los Kong, aquí sería una semana).

¡Advertencia! Los tiempos de esta historia NO cuadran con los de la película (ejemplo: en la película Mario y Peach tardan un día en llegar al reino de los Kong, aquí sería una semana)

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❝ 𝓑𝓸𝔀𝓼𝓮𝓻 ❞
『🧡』

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11:20 A.M. (Cuatro días después)

Había conseguido mucha información importante gracias al humano de traje verde. No había tenido que preguntar mucho para darse cuenta de lo importante que era Mario para su hermano, casi podría decir que el de verde estaba dispuesto a todo con tal de ayudar al de rojo. Podía usar eso a su favor.

Sin darse cuenta, Luigi le había dado la victoria en bandeja de plata; no sólo podía amenazar a Mario, sino también a Luigi —aunque esto sería en caso de que el humano descubriera su engaño, prefería mantenerlo bajo control con una elaborada mentira que aguantar tediosos intentos de escape que el humano tuviera—. Parecía haberse acostumbrado un poco, tanto como podía en tan sólo cuatro días y tanto como su personalidad se lo permitía, a la presencia del fontanero. Le intrigaba un poco, aunque tal vez era por el mundo del que venía ese humano. O tal vez por que, a comparación de su dulce princesa —que también era humana—, el de verde era muy nervioso, asustadizo y podría decir que hasta precavido con sus acciones o palabras. Era muy diferente a la valiente princesa, o incluso a su propio hermano.

Tal vez esa diferencia era la que había alimentado la pequeña curiosidad que se alojó en el rey y que lentamente, y con el paso de los días, fue incrementándose. Por eso le permitía estar cerca de su hijo, así tenía la excusa de tener que vigilarlo para poder estar alrededor y observarlo más de cerca, responder las preguntas internas que tenía sobre ese humano en particular. Se decía a sí mismo que no era nada más que una investigación.

Aunque a Jr. parecía agradarle. Quería estar todo el día con el plomero, incluso le había puesto un apodo "Weegie", y cuando no podía estar con él armaba un gran berrinche que sólo terminaba cuando Luigi estaba cerca. No le gustaba que el niño estuviera encariñándose tanto con el humano.

Suspiró pesadamente, recargándose en el respaldo de su silla y dejó de lado lo que estaba revisando, que no se trataba de nada más y nada menos que la lista de invitados para su boda con la princesa Peach.

Peach.

Tenía que volver a concentrarse en ella, era su objetivo después de todo, tenerla era todo lo que necesitaba para ser feliz. Ella era la solución a todo. Aunque no sabía por qué, jamás habían convivido juntos, siempre de reinos enemigos, herederos de reyes que habían mantenido una guerra por generaciones y que ahora ellos continuaban, pero ella le gustaba. Le gustaba Peach, tal vez porque era la única persona que no se ponía a temblar de miedo en su presencia, como lo hacía el asustadizo humano.

❝ 𝓣𝓱𝓻𝓸𝓾𝓰𝓱 𝓽𝓱𝓮 𝓛𝓸𝓸𝓴𝓲𝓷𝓰 𝓖𝓵𝓪𝓼𝓼  ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora