Fluir

15

Solo se recosto en la cama y se quedó mirando hacia el techo. Había sido un día largo.

Se preguntó vagamente acerca de sus no-hermanas oficiales pero lo descartó, el cansancio le estaba cobrando factura.

Durmió hasta que logro escuchar un ruido y eso fue suficiente para sacar la espada que tenia bajo su cama.

Era su madre, Talia.

Damian no pudo evitar sentirse enojado.

"Wow, recordaste que tienes un hijo, felicidades"

Talia lo miró con indiferencia.

"Solo vengo a hablar contigo de algo"

El menor se trago todos los comentarios irónicos e hizo una seña para indicar que prosiga.

"Tu abuelo murió"

Bueno, estaba claro que eso no era lo que esperaba.

Ignoro la sensación de vacío y tristeza mientras ponía una cara de indiferencia.

"No creo que esta visita se deba para decirme esto, madre"

"Por supuesto que no, no puedo tomar el mando y estaba dispuesta a aceptarte de nuevo en la liga pero viendote ahora.."

"Soy indigno, no hay sorpresa, no se cómo esperaste que siguiera siendo el mismo, mi estigma hacia ti esta en picada"

Dijo mientras sonreía burlón.

"Sin ofender, creeme que estoy mucho mejor aquí, encargate de tus cosas, madre"

"No sé como tu padre es capaz de soportar tal insolencia. Si estuvieras en la liga ya habrías sido casticado"

Aseguro con el ceño fruncido.

"Es una lástima que no estemos en la liga"

"Espero tomes en cuenta que si alguien toma la cabeza de la liga, estarás muerto"

Le comento enojada mientras salía por la ventana.

Definitivamente, no era la reunión madre-hijo que Damian esperaba y ni estaba para nada satisfecho, ansiaba mucho reclamarle por todo lo que le hizo pasar.

En cambio, la muerte de su abuelo.. Había tocado una fibra sensible en el menor de los Wayne.

No era sorpresa que su abuelo, el asesino de mayor rango, fuera frío pero aún así el ahora peli rosa recordaba que incluso en momentos dificiles el se comportaba como un abuelo, algo que ni su propia madre había hecho.

El abuelo había sido el único que le había brindado elogios, el único que solo lo castigaba cuando no tenía opción y, aunque no sea para nada similar a Alfred, se sentia familiar.

Se sento en la cama dudando de que hacer a continuación, la visita de su madre arruino todo el progreso que había hecho y se sentía como un imbecil.

Si bien, ya le había dejado claro a su madre (o bien su madre vio que ahora era indigno de ser la cabeza del demonio) que no quería tener nada que ver con ella tampoco era "oficial".

Incluso con la frialdad de su madre, Damian sabía que si le pedía que lo aceptara ella lo haría porque seguía siendo de su sangre.

El menor sabía que estaba creciendo y que la vida empezaría a ser cada vez más difícil (principalmente porque tratarían de matarlo).

Suspiro y tomó su teléfono.

Seguía preocupado por Cassandra y Stephanie así que decidió iniciar un chat grupal, agrego tambien a Barbara para que no se sintiera excluida.