Abigail Brown es la única heredera legítima del Reino de Escocia.
Ragnar Lothbrok planea su último golpe.
Los hijos Ragnarsson lo acompañan.
Un conflicto de intereses se aproximaba. Una guerra.
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Algunos personajes o part...
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No sabía que le había dicho Ragnar al Rey Ella pero tras pasar varios días en Escocio se fue con su ejército y con mi padre y tío.
Ragnar volvería a Kattegat por unas semanas y volvería junto a Lagertha y más hombres. Ubbe quería ir y lo sabía aunque no me lo dijese, se notaba que extrañaba su tierra y a su gente.
Por eso había tomado la decisión de acompañarlos a Noruega. Athelstan quedaría a cargo del trono en mi ausencia y también otros vikingos ya asentados lo protegerían.
Ubbe estaba en los jardines entrenando con compañeras con sus hachas y espadas. Me senté en un pequeño banco a observar como lo hacían. Era simplemente fascinante, ningún guerrero inglés o escocés podía moverse de esa manera.
— Ha sido increíble — Sonreí hacia Ubbe que se acercaba a mí.
Besó mis labios por unos segundos y dejó una mano sobre mi pequeña pero abultada barriga.
— Cuando nazca nuestro hijo te enseñaré — Dijo con una sonrisa y asentí.
— Necesitas un baño — Dije apartándome de su lado y tapandome la nariz con la mano.
— Se me ocurre algo mucho mejor Reina Abigail — Dijo divertido mientras agarraba mi mano y me llevaba fuera de palacio hacia el bosque.
— Ubbe más despacio — Reí al intentar seguir su paso.
Sin pensarlo me cogió en sus brazos y corrió conmigo entre risas y besos hasta que llegamos a un pequeño lago y me dejó de nuevo en el suelo.
Vi como se quitaba la ropa y me miraba con picardía.
— Ese agua está helada — Dije negando con la cabeza.
— Vamos diviértete — Dijo poniéndose detrás de mí y desabrochando las cuerdas de mi vestido.
Cerré los ojos al sentir húmedos besos en mi espalda desnuda. Ubbe me hacia estremecerme.
— Te sienta muy bien estar embarazada Abi — Dijo tocando mis pechos, que estaban más grandes e hinchados.
Termino de sacarme el vestido y me miró mientras se acercaba al agua y se metía dentro, solo había dejado fuera su preciosa cara.
— Vamos ven — Me incitó.
Caminé descalza hasta el agua y metí los pies, se me erizó la piel al notar lo fría que estaba. Ubba me miraba con un brillo en los ojos especial, sabía que mi cuerpo estaba cambiando por el embarazo.
