¤ 12 ¤

217 17 0
                                    

¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤

¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤

Ubbe y Harald estaban uno frente al otro, ambos con un hacha en la mano. De un momento a otro Harald lanzó contra Ubbe toda su fuerza haciéndolo retroceder un poco. Miré asustada a mi futuro esposo pero este se recompuso rápido y furioso atacó al Rey Harald.

Ragnar se puso a mi lado y me apoyó una mano sobre mi hombro.

— Ubbe es fuerte y ganará — Susurró.

Miré poco convencida a Ragnar y volví a   centrar los ojos en Ubbe. En cuestión de segundos Harald le había golpeado varias veces en la cara causándole heridas que sangraban bastante.

Angustiada, me llevé las manos al vientre al sentir un dolor punzante en la parte baja, aunque le resté importancia, estaba demasiado pendiente de Ubbe.

Tras varios minutos de angustia mi futuro marido ganó al Rey Harald entre los gritos de alegría de todo Kattegat. Ubbe se acercó a mí y me abrazó a pesar de tener sangre por toda la cara. Sonreí aliviada pero otra punzada de dolor me atravesó el vientre. Gemí de dolor y Ubbe me miró asustado.

— ¿Abi? ¿Qué ocurre? — Ubbe llevó las manos a mi vientre.

— Algo le pasa al bebé — Dije angustiada.

— Madre llama a la curandera — Ubbe me sacó de ahí y fuimos a su casa para que me tumbase en la cama.

Los dolores iban en aumento y las lágrimas no tardaron en aparecer, Ubbe se lamentaba a los dioses del porque le estaban haciendo esto. La puerta de la casa de Ubbe se abrió y entró Aslaugh y una mujer bastante mayor.

— Déjame verte — La mujer se sentó a mi lado y levantó mi vestido hacia arriba hasta debajo de mis pecho para ver la barriga al completo.

— Creo que le pasa algo al bebé — Dije en llanto.

La mujer comenzó a hacer lo que parecían ser unos masajes apretando hacia un lado en mi vientre. Durante unos largos minutos nadie dijo nada hasta que mis suspiros de alivio inundaron la habitación.

— Lo que ha pasado es que el bebé estaba en una posición que apretaba en exceso algún órgano, si hubiese algún sangrado nos deberíamos preocuparnos pero ya está arreglado — Dijo amable la dulce mujer.

Asentí.

— Ubbe dale una recompensa — Dije inclinándome en la cama.

— Aquí tiene — Le dio tres monedas de oro.

Ubbe se acercó a mí y me besó en la frente y luego en los labios y dejó una mano sobre mi abultada barriga.

— ¿Estás llorando? — Pregunté mirándolo enternecida.

Konungar || Ubbe Lothbrok||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora