Katsuki y Izuku son amigos desde la infancia. Hasta qué un día todo cambia. Ya no vuelven a verse, y poco a poco el cenizo se va olvidando de los recuerdos que tenía con el peliverde, ¿Podrá recuperarlos al paso del tiempo? ¿Sé acordara de él?
Pero...
Los nervios invadían más y más al pecoso. Sentado en su escritorio, con la mano aferrada a su frente, dándose leves golpes de rabia.
Una sola hoja, manchada de lágrimas, arrugada y desgastada. Había estado llorando por horas por no tener la letra de la canción, no le quedaba tiempo. Ya era sábado, el día menos esperado por el peliverde.
Estaba distraído con la mente en otro lado. Su cabeza le recordaba al suceso de ayer, aquél momento en dónde sintió que todo se fue a la mierda.
Murmullaba nervioso, sobrepensando las cosas.
--- Concéntrate. ¡Maldita sea! --- Exclamó golpeando la mesa con sus puños, le dolía. ¿Pero que podía hacer?, ya estaba acostumbrado a sentir dolor.
Su respiración se escuchaba agitada, estaba completamente sudado. No tenía motivación alguna, apoyo su cabeza lentamente arriba de la hoja y cerró sus ojos.
"No puedo"
Siempre era lo mismo. Un "No puedo", siempre solucionaba las cosas.
Negó con su cabeza y fue a ducharse. Un baño caliente a veces ayudaba.
[]
Después de bañarse, cerró la puerta de su cuarto. No quería que nadie se enterara sobre la fiesta.
Su plan sería escaparse por la ventana que daba la vista a la calle, no olvidemos que la casa era de doble piso. Ya preparado para salir por aquél ventanal, hizo fuerza para subir y poner un pie del otro lado.
Se paralizó cuándo escuchó unos pasos cerca de su habitación. Trago en secó y bajó al pisó nuevamente sin emitir ningún sonido, corrió en silenció hasta su cama y se tapó. Fingió dormirse.
La cerradura se abrió lentamente. Izuku respiró asustado, apretando sus ojos.
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--- Uh, ¿yaa se d-durmió? --- Susurró.
Su corazón latía desesperadamente, conocía esa voz.
Tyler estaba ebrio.
Se acercó, estando a unos cuántos centímetros de él. Podía sentir su respiración, éste apestaba a alcohol. Su mano se dirigió a la cara del pecoso, bajando hasta sus labios. Acariciando su labio inferior.
El menor trataba de no tragar.
--- Liiindo... --- Lo analizó por última vez y se largó, cerrando la puerta.
El peliverde abrió los ojos rápidamente y se tocó la boca con sus dedos, pensando en el toqué del mayor. Inmediatamente hizo una mueca de asco y se levantó para irse de nuevo.
Antes pensó en dejar un peluche envuelto entre las sábanas. Para que no hayan sospechas y piensen que es él.
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