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"Madre, no entiendo por qué no puedo irme" suspira Nymeria mientras escucha como su madre la regaña.
"Tus hermanos y tíos están en Pozo Dragón y a ti no te gustan los dragones" le recuerda Rhaenyra a su hija "y de cualquier forma me agrada tu compañía".
"No quiero ofenderla, madre, pero podría estar haciendo otras cosas".
"Como salir del castillo a beber".
"Madre, no lo hago" miente "soy una princesa, fui mejor educada".
Rhaenyra suelta una pequeña risa a su hija.
"Mi tío era igual a ti, Meria".
"No soy como Daemon".
"¿Y cómo sabes eso?"
Nymeria rueda sus ojos y se levanta de su silla.
"Me voy".
"Te veré en la cena esta noche".
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Luego de deambular por los pasillos del castillo, Nymeria se dirigió al gran comedor donde sabía que se encontraba el resto de su familia. Mientras caminaba cruzó Pozo Dragón y escuchó un fuerte gruñido. Al principio lo ignoró y continuó con su andar hasta que escucho un ruidoso rugido. Nymeria se detuvo y dio un par de pasos hacia atrás preguntándose qué estaba sucediendo. No sabía si los dragones solían comportarse así normalmente.
Quería dejarlo como estaba, pero rápidamente cambió de idea al escuchar otro fuerte rugido, solo que esta vez sonaba como Diasiam. Podía no estar cerca de él por mucho tiempo e incluso ni acariciarlo; pero conocía su rugido. Pronto se preocupó extremadamente por su bienestar. Sin saber exactamente porqué, sintió la necesidad de acercarse a Pozo Dragón que a esas horas se encontraba vacío.
Deberían haber guardias en todo momento, sin embargo, no había nadie.
Observó de un lado a otro. Pudo ver a un par de dragones, y entre ellos a Diasiam. La princesa no quería adentrarse más, sin embargo lo hizo. Se acercó hacía donde estaba su dragón los días anteriores. Pero esta vez se acercó más a él.
Se quedó quieta mientras el dragón se acercaba a ella. No sabía qué hacer. Se encontraba completamente sola y frente a la cosa que más temía en todos Los Siete Reinos. Se mantuvo inmóvil por un par de minutos hasta que sintió la necesidad de estirar su mano.
Diasiam tomó el gesto como un acto de amabilidad por lo que restregó su cabeza con la de Nymeria.
La princesa no sabía lo que pasaba por su cabeza pero cuando el dragón la tocó, estaba asustada y feliz al mismo tiempo.
"Iksan daor zūgagon" [No estoy asustada].
Susurró Nymeria a su dragón en valyrio.
"Yn gaoman zūgagon so" [Pero sí te tengo miedo].
"Princesa" alguien susurra haciendo que dé un pequeño brinco, y a su vez, haciendo que el dragón ruga fuertemente logrando que Nymeria se aleje de Diasiam al caer al piso. "Nymeria".
Nymeria levanta la vista y ve a Harwin. Él se apresura en acercarse a su hija y la ayuda a pararse.
"¿Qué diablos haces aquí?"
Nymeria ignora la pregunta y observa a Diasiam y luego de nuevo a Harwin.
"¿Cómo se supone que gobierne...?"
"Nymeria, no necesitas un dragón para gobernar. Mírate, tú no eres Rhaenyra".
"Ella es mi madre. Siguiente en línea al trono de hierro. Yo soy su hija y heredera".
"Yo soy tu padre y un caballero. Nymeria escúchame, tú puedes ser una princesa y sé que quieres enorgullecer a tu madre. Pero no debes hacer nada para hacer que yo me sienta orgulloso de ti" afirma a su hija. Ambos se funden en un pequeño abrazo alejándose rápidamente.
"Debo irme" declara Nymeria y le da a su padre una pequeña sonrisa antes de abandonar Pozo Dragón.