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Cuando Han Eul era una niña, siempre fue criada con amor, su madre la trataba como una princesa, una pequeña y mimada, le leía todas las noches antes de dormir esos cuentos donde el príncipe siempre salvaba a la princesa, se emocionaba siempre escuchando el felices para siempre.

Para Han Eul lo más cercano que había aun príncipe era su padre, Jung Hoseok, estaba poco en casa ya que dirigía una gran compañía dedicada a la realización de materiales para los zapatos de las marcas más caras y reconocidas. Pero siempre que llegaba a casa se aseguraba de mimar a sus dos mujeres, las amaba más que nada y siempre les daría todo lo que estuviera a su alcance.

Pero todos los cuentos de hadas tienen un tipo de tragedia, la de más Han Eul fue cuando su madre enfermo, un cáncer agresivo la ataco, su padre contrato una enfermera que estuvo ayudando con todo el proceso, porque él no podía estar descuidando su trabajo ya que era lo que ayudaba a pagar los tratamientos y poder seguir siendo un soporte importante para amabas.

Han Eul lo sabía, su madre lo sabía, Jung Hoseok estaba siendo fuerte por ambas, y es por eso que no se dieron cuenta, cuando la enfermera empezó a ser una persona importante para Hoseok también.

Tanto así que cuando su madre murió, comenzó a salir con su padre.

En los cuentos de hadas las madrastras siempre son las malvadas, la pequeña Han Eul temió por ella desde el instante que la mujer se quedó en su casa.

Libro #4 Cian (J.H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora