III

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Han Eul trataba de tener buenas calificaciones, le gustaba mucho cuando su padre la elogiaba por ser tan buen estudiante, pero últimamente no podía estudiar en forma, pues tenia que ayudar a la esposa de su padre con los deberes de la casa, así como algunas cosas que ella ya no podía realizar por su enorme barriga, tenia casi seis meses, pero por ser un embarazo gemelar era enorme, se sabía que tendría dos niñas y la pareja no podía estar más feliz por ello.

—Necesito que me ayudes con la comida.

—Hoy no puedo mañana tengo exámenes y necesito estudiar, puedes pedir algo a domicilio.

—No es mucho, solo ayúdame a cortar algunas cosas, sabes que no puedo estar mucho tiempo de pie.

—En verdad necesito estudiar, vendrán temas algo difíciles.

—Puedes estudiar mas tarde, has lo que te digo ahora, tu padre llegara en unas horas y todo debe estar listo, no le daré nada que no sea cocinado en esta casa.

—Cocínalo tu entonces —tomo sus cosas y caminaba fuera de la cocina.

—TE ESTOY HABLANDO MOCOSA —la tomo del brazo —siempre tienes que hacer lo que tu quieres, pero debes entender que ya no es así, mi embarazo es delicado y debo cuidarme.

—No es mi problema, yo no te embarace, yo no quiero a esas mocosas, así como abriste las piernas, busca la manera de cumplir con tus deberes.

Yeoun le dio una bofetada con tanta fuerza que logro sacarle sangre del labio, Han Eul se sostuvo la mejilla y empezó a llorar.

—Ahora has lo que te digo.

—No —escupió la sangre hacia un lado —tienes fuerzas para golpearme, hazlo tu sola.

Subió corriendo las escaleras encerrándose en su cuarto, se puso a llorar mientras se curaba el labio roto, se le notaban las marcas de los dedos de Yeoun en la mejilla, era la primera vez que la golpeaba, pero juro que sería la última.

Su padre llego a las pocas horas, tocando la puerta de la chica, esta abrió, Hoseok la miro y le giro el rostro con cuidado.

—Dice Yeoun que lo siente, anda muy hormonal y no reacciono adecuadamente, me menciona que también fuiste grosera con ella, vamos a cenar.

—No —empezó a llorar —cena con tu nueva familia y déjame en paz —cerro la puerta de su habitación con llave solo escuchando como su padre tocaba la puerta una y otra vez.

Pero no era culpa de su padre y lo sabia bien, era esa mujer y tenia que hacer algo al respecto.





Libro #4 Cian (J.H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora