[LOUIS]
—Eso estuvo mal, Gatito —susurré.
Harry aun seguía con sus labios extendidos pero su cejas estaban fruncidas en confusión. ¿Por qué hacer lo correcto era tan difícil? Mirando su boca un momento, baje la cabeza y deje un suave beso en sus labios.
—Eso tambien estuvo mal. —aclaré.
Harry sonrió, sus hoyuelos marcándose en sus mejillas mientras se acercaba y copiaba mi movimiento. Sus labios apenas rozaron los míos antes de alejarse. Esto se estaba haciendo más difícil a cada momento.
—No tengo que repetirte lo mal que estuvo eso, ¿verdad? —pregunté.
—¿Por qué, Lou? —me miró, sus ojos enormes y llenos de confianza mientras me miraba.
Sip, era un jodido perro pero no podía dejar pasar la oportunidad. Colocando mis manos en sus mejillas, tomé su rostro y lo acerque para otro beso. Con apenas un par de besos, sabía que no tardaría en volverme adicto a ese sabor. La dulzura e inocencia de Harry resaltaba en cada roce de nuestros labios. El chico era torpe y lento al devolver el beso, su cuerpo temblaba en mis brazos y yo no podía hacer nada más que sostenerlo, porque me encantaban todas esas reacciones.
—Porque yo soy malo para ti, Gatito. —me aleje unos centímetros, apoyando nuestras frentes juntas—. Me ganó la vida haciendo cosas malas, cosas de las que tienes que mantenerte alejado.
—¿Que cosas?
—Cosas malas, Hazz.
—¿Qué tan malas? ¿Por qué son malas? —parpadeó—. ¿Fue donde te hiciste daño? ¿Por qué te lastimaron?
—No hagas tantas preguntas —me quejé—. No puedo respondértelas porque si lo hago, me alejarías y no quiero eso. Quiero conocerte, ser tu amigo.
—¿Y si no quiero ser tu amigo? —preguntó, inclinando la cabeza como lo haría un verdadero gatito.
Lo miré por unos segundos sintiendo un dolor en el pecho que hacia mucho tiempo no sentía. Decir que no sentía nada desde hacia años era lo más acertado y el dolor, ese sentimiento de estar perdido, me tomo totalmente por sorpresa.
—Entonces me alejaré. —susurré, escuchando el patético filo que mi voz había tomado ante la idea de alejarme del gatito.
—Yo puedo ser tu novio. —Harry saltó sobre mi cuando comencé a alejarlo de mi regazo. Sus ojos eran brillantes cuando me miró directamente—. Si fuera tu novio, ¿me dirías las cosas malas que haces?
Lo miré atontado. Parecía estar haciendo mucho eso últimamente pero es que Harry saltaba con cada cosa que me desorientaba totalmente. ¿Ser su novio? Si, como no. Para que luego su familia viniera detrás de mi exigiendo mi cabeza en una bandeja de oro. No era estúpido, aunque mis acciones dijeran lo contrario últimamente, pensaba y sabía que la familia de Harry jamás aceptaría a un chico con mi apariencia como novio del gatito.
¡Trabajaba en una florería!
Eso debía decirlo todo. Él vendía flores y yo golpeaba tipos para poder mantenerme. Si, almas gemelas. Eso no iba a funcionar ni en un millón de años.
—Tu no...
—¿Harry? —miré sobre el hombro del rizado, observando a un chico de aspecto similar al mío acercarse a nosotros.
El chico llevaba su cabello de colores, una mezcla entre blanco y negro, totalmente desordenado. Cadenas colgaban de sus pantalones tintineando a cada paso que se acercaba. Su sonrisa se hizo brillante y pronunciada cuando sus ojos se clavaron en mi gatito. Aprete el agarre en la cintura de Harry cuando vi que el rizado tambien estaba mirando al chico.
—¡Mikey! —chilló con voz animada pero no hizo ningún movimiento para alejarse de mi agarre.
—No me digas de ese modo en publico, Pretty Kitty.
El rizado en mi regazo se volteo y puso sus manos como si tuviera garras, mostrándole los dientes y siseando hacia el chico. Eso me tomo totalmente por sorpresa, algo en lo que al parecer Harry era experto. Harry siguió siseando y el chico retrocedió con las manos en alto y una sonrisa burlona en el rostro. Sabía que Harry no se veía para nada atemorizante. Dulce, adorable o totalmente comestible podrían describir mejor al imagen.
—Tranquilo, Kitty. —se burló el chico. Lo miré de mala manera y el chico parecía entender la indirecta porque sus sonrisa se borro. Nadie se iba a burlar de mi gatito, no me importaba quien rayos fuera—. Solo quería saludar.
—Pues, hola y chau. —hice un gesto con la mano en despedida.
Harry me codeó en el estomago—. Sé amable, Lou, él es mi amigo Michael.
—Si es tu amigo, ¿por qué se burla de ti?
El gatito hizo una mueca exasperada y no pude evitar reír ante el gesto, eso no se parecía en nada a Harry—. La idiota de mi hermana me dice de ese modo y ahora ellos tambien, es un apodo estúpido y no me gusta.
-Ya lo escuchaste, no vuelvas a decirle de ese modo. -Gruñí hacia el chico que nos miraba con curiosidad.
—Bien. —aceptó. Pareció dudar un momento antes de acercarse y tenderme la mano—. Soy Michael Clifford, amigo de Gemma y Harry.
—Louis Tomlinson...
—...mi novio malote. —respondió el rizado antes de que pudiera decir nada.