Tierra prohibida (Ester Expósito y tú)

Capítulo 5

Actualidad.

________ manejaba el negocio de los Montalvo a medio tiempo, pues también se dedicaba a lo que estudió, le apasionaba la naturaleza y procuraba protegerla lo más que podía.

— Nos han dado un caso en una hacienda en villa chica — una pelinegra aparece en el campo de visión de la chica.

— ¿En cuál? — murmura viendo todavía los papeles que le había enviado Rodrigo Montalvo.

— En Las Injurias — _______ levanta rápidamente la mirada de los papeles a su compañera de trabajo.

— ¿Qué has dicho?, ¿Estás segura Marty? — se levanta para tomar la carpeta con la información que tenía en manos su compañera.

— Muy segura, al parecer están desapareciendo los árboles del bosque a lado de esa hacienda y nos han mandado a investigar porque tú eres de ese pueblo — explica.

— Esa es la hacienda de Esteban y su familia, no creo que ellos sean culpables por la tala ilegal de los árboles — defiende a su amigo.

— Lo sé, por eso debemos comprobar que realmente no sean ellos, ya sabes, los de alto rango piensan que es esa familia — toma asiento enfrente de su compañera.

— ¿Cuándo viajamos? — deja la carpeta en el escritorio.

— Tú viajas mañana y en dos días te seguiremos, pues tenemos que encargarnos de cerrar bien el último caso de tala y explotación de la naturaleza — la castaña asiente.

— De acuerdo, iré a preparar mis cosas para viajar mañana — se despide de su compañera y se va.

Al día siguiente...

________ pov.

No había podido dormir bien, regresar de nuevo a Las Injurias me provocaba insomnio por saber que la volvería a ver, por un lado me alegraba pues vería a mi abuela y a Esteban, además de los señores expósito.

— ________, _________ — salgo de mi burbuja.

— ¿Si? — miró a Marty.

— Es hora de que abordes el camión — miró el autobús enfrente mío y asiento. — Nos veremos en dos días — me abraza.

— De acuerdo, cuídate y los estaré esperando — le regreso el abrazo y me separo de ella.

— Bien, nos vemos — me dice adiós con la mano y subo al autobús.

Tomo asiento junto a la ventana y veo que ella sigue ahí, cuando se da cuenta de que la estoy viendo me vuelve a decir adiós con la manos, está vez le digo adiós con la mano. Luego de unos minutos el autobús se pone en marcha y aquí comenzaba mi vida de nuevo.