Cap 1: Otro atardecer más

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Ya el sol se estaba ocultando, entre tonalidades oscuras, rojizas y púrpura que pintaba el cielo, su luz se filtraba entre las nubes regalandoles sus últimos rayos a los habitantes de esta pequeña ciudad "Bahía Aventura", como dirían algunos, ¡un hermoso amanecer!, y por fin trayendo la tan esperada noche. Las sombras se hacían más densas y se acrecentaba, invadiendolo todo, las calles disfrutaba de sus últimos visitantes hasta quedar desoladas y totalmente oscuras, pero no teman, la oscuridad no representaba ningún peligro, ya que las luces de los poetas hacían su aparición, dándole seguridad a todas aquellas personas que salen a la ciudad de noche, disfrutando de la paz y la tranquilidad.

En alguna parte de esta ciudad, ya casi en sus límites, en una torre de observación, sobre una colina, estaba una persona asomada en el balcón, observando aquella puesta de sol, por así decirlo, ya que lo veía sin ver, porque en realidad estaba sumido en sus pensamientos, con tantas cosas que preparar y modificar, y rogando que no haya una misión que deje inconclusa, con la tristeza acuesta, sabiendo que las horas del día no le alcanzaba para hacer lo que quiere hacer, pero sabe cual es su penitencia " El trasnocho", y se dice a si mismo como consuelo "otro dia mas sin dormir", eso no lo alegraba en absoluto, y pensó: " Cuando le pasó esto, apenas tiene 10 años", se dice así mismo irónicamente.

-Ryder ya pronto estará la cena, ¿sera que podemos cenar contigo en la mesa?- le dice una voz muy conocida, que le causó un gran sobresalto a Ryder, sacándolo de sus pensamientos.

-Chase, que susto me diste- le dice Ryder, soltando una carcajada para relajar los nervios y apaciguar la tensión.

-¡Claro que si!, Chase, no te preocupes- dice Ryder, acariciando la cabeza de su pastor alemán.

-Lo siento, no quise asustarte- le dice Chase, y se excusa y comenta: -Es que Rabble no ha dejado de molestarme todo el día con eso.

-Ya sabes lo que quiere Rabble, ¡las sobras!- le dice Ryder, volviendo a soltar una leve carcajada, contagiando a Chase con su risa. De esta manera los dos decidieron bajar para cenar juntos con los demás cachorros, como una familia.

Se tomaron su tiempo para cenar, charlaron, rieron y jugaron, una vez terminada la comida se dispusieron a lavar los platos sucios. Formaron un grupo bien distribuido: Rabble lamia las sobras, Chase le pasaba los platos a Ryder, este los lavaba, Zuma los enjuagaba y se los pasaba a Skyle que los sacaba, después Rocky los transportaba a la repisa donde guardaban la losa y por último Marshall cerraba la repisa con sus patitas traseras, haciendo un estrepitoso ruido de losas desordenadas y rotas, provocando una risa colectiva, ¡si que eran un equipo inseparables!.

-Bueno cachorros, ¡mision cumplida!- dice Ryder y agrega: - los platos están limpios y rotos al parecer, creo que mañana voy a comprar otra vajilla, de nuevo.

-Jajaja, parece que hoy tampoco sobrevivieron los platos del terror de Marshall- dice Rocky, acercándose a Marshall, y este entre cerrando los ojos, le da un empujoncito a Rocky.

Y comenta Marshall: -La losa no está toda estropeada, miren allá. Y todos voltean a la dirección señalada, al Fondo de la cocina, donde Rabble todavía estaba lamiendo dos platos.

Rabble levanta la cabeza y encoge las orejitas y dice: - Es que la comida estaba muy Rica, incluso podía comerme los platos, jaja-. Todos lo ven con aparente reproche por su glotoneria.En ese momento alguien salva a Rabble de una posible reprimenda.

-Bueno ya cenamos, vamos a ver televisión- dice Skyle y comenta: - Es noche de series-. Y todos asintieron alegremente y gritaron: - APOLO EL SUPER CACHORRO- y corrieron juntos a la sala del cuarteo, donde hay un televisor plasma de 101 pulgadas esperandolos.

Ya entrada la noche, los Cachorros ya se habían dormidos, enroscada en toda la Sala, Ryder los dejó descansar tranquilos, apagó la TV y se retiró en silencio, pensando en una buena ducha y una cama calentita, pero se dijo mentalmente: "primero lo primero", fue al ascensor y bajo al área del garaje/taller donde guardaba la moto todo-terreno, el Air patroller y el Paw patroller, y además habían algunos materiales de reciclaje de Rocky.

Se acercó a la dispensadora de galletas para perros, abrió el panel de control de la máquina y marcó una contraseña, y en una abrir y cerrar de ojos, la dispensadora se convirtió en un elevador, la cual Ryder entró y tocó el botón de descender, de esta manera desapareció del lugar dejando todo como había estado anteriormente en el garaje/taller, como si no hubiera ocurrido nada.

Tras la pista del culpableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora