Cap 33: Encontrada

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Cody se queso viendo el horizonte, su sueño ya había acabado..... Ahora empezaba la pesadilla.

Mientras tanto en otra parte, alguien más soñaba........

Después de pasear por la cubierta Ryder y Abby se detuvieron y observaron el mar, al parecer la fiesta del salón principal había culminado ya que la cantidad de personas en la cubierta había aumentado pero eso no le molesto en absoluto, al contrario, tuvieron agradecidos de estar rodeados de más compañía.

Abby tenía la cabeza recostada en el hombro de Ryder, quien no se inmuto, solo estaba parado estático apreciando la noche.

- Bueno Abby ya la fiesta término - le dice Ryder sin saber que mas decir.

- Nos divertimos muchísimo pero es una pena que haya culminado tan pronto - le contesta Abby negándose en separarse de Ryder.

Una loca idea se apodero del corazón de Ryder y sin pensarlo dijo: - Pero podemos volver a vernos nuevamente - después de decir eso se dio cuenta de lo atrevido que había sido y quiso lanzarse al mar y perderse de la vergüenza, incluso tenía el rostro rojo de la pena, como se le ocurría hablar de esa manera con Abby, estaba invitando a una chica a salir.

- Eso sería maravilloso - le dice Abby sin mucha importancia como en medio de un trance.

- Ohh sí, eso sería genial - le dice Ryder sintiendo alivio, ya que su compañera no se diera cuenta de su atrevimiento.

El silencio se apodero de ambos y solo se oían las olas del mar rompiendo en el casco del barco, las tenues charlas de los otros pasajeros y un aullido canto que venía del agua.

- ¿Qué es ese ruido? - pregunta Abby saliendo de su trance y separándose un poco de Ryder.

- Es el canto de una sirena can - dice alarmado Ryder acercándose a la baranda y mirando abajo encontrándose con una pequeña sirena can.

Los demás pasajeros al percatarse también del ruido extraño se acercaron a la baranda y sorprendidos de lo que veían sus ojos, ¡una sirena can real!, eso produjo que las personas se alborotaran y la pobre criatura se asustara.

Ryder al darse cuenta de las situación le grito a la sirena can que lo buscara en la parte de atrás del ferri y posteriormente tomo a Abby de la mano y se alejaron de la cubierta corriendo.

Al llegar a la parte de atrás, los dos niños encontraron una escalera que lleva a la plataforma al nivel del agua, cuando Ryder llego grito a todo pulmón a la sirena can para que se acercara, pero no hubo respuesta, espero un rato hasta que llego la pequeña sirena can, que resulto ser una vieja amiga del pequeño rescatista.

- Ryder gracias a Poseidón que te encontré - le dice Coral al verlo.

- ¿Qué ocurre Coral en que te puedo ayudar? - le pregunta Ryder al arrodillarse.

- Necesito tu ayuda en algo que solo tú me puedes ayudar - le dice Coral con apremio y agrega: - acompáñame, desapareciendo en la superficie del mar.

Ryder sin perder más el tiempo se quito el esmoquin, dejando ver el traje de buceo negro con rojo y verde, y cuando estaba a punto de saltar, Abby lo toma de la mano y le dice: - Ve con cuidado - y le da un beso en la mejilla y este pequeño sin más salta al agua.

Mientras nadaba al fondo del mar siguiendo a Coral, se daba cuenta que la sirena can se iba distanciando, el niño le grito para que se detuviera pero Coral no lo escuchaba de lo lejos que se hallaba, hasta que la sirena can se detuvo y mirándolo de frente se detuvo y se transforma en la chica del vestido turquesa del ferri.

Al tenerla de frente Ryder la reconoció inmediatamente, era la Princesa Berenice de Ladrimburgo con su típico vestido turquesa que se difuminaba con el océano, tenia tristeza en sus ojos, tenía que ayudarla a como dé lugar, pero mientras Ryder mas nadaba menos avanzaba, la corriente era demasiado fuerte.

- Princesa la voy ayudar - le grita Ryder a pesar de que se desesperaba.

- Ryder ya yo no necesito ayuda - le dice la princesa a pesar de estar tan lejos se le podía escuchar claramente.

- ¿Qué quieres de mi entonces? - le pregunta Ryder mientras luchaba con la corriente para llegar a la princesa.

Al estar lo suficientemente cerca Ryder le extendió la mano pero ella no la tomo solo se quedo reservada allí a la vista del pequeño rescatista.

- Quiero que perdones - le dice la princesa con mirada de tristeza, quien abre las manos y de ellas salen unas cuencas coloridas, la cual Ryder trata de agarrar.

- ¿Perdonar a quien? - le pregunta Ryder mientras la ve desaparecer en la profundidades del océano y toma la pulsera entre sus manos.

Hasta que al parpadear desapareció la pulsera de sus manos y se dio cuenta que ya no estaba en el agua, sino que estaba acostado en una habitación clara con el brazo extendido tratando de agarrar el vacio.

Tras la pista del culpableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora