Capítulo 3 Inicios

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6 años después.

Vamos viviendo la vida a ciegas sin saber que pasará mañana, sin saber que existen personas muy crueles.

A veces nada más nos toca salir adelante porque de todas formas no podemos escapar, nadie escapa de su destino.

Después de todo no es vida sin un poco de dolor.

Seguimos nuestra vida en el pueblo dónde nuestros padres crecieron, para mis hermanos y para mí fue difícil el cambio, pero no importaba si estamos todos juntos.

Yo iniciaría el jardín de niños y tenía muchos nervios, además no conocía a nadie, pero lo intentaría ya que mis padres me enseñaron que no importa donde esté o con quien, no dejes de ser tú.

Me encontraba con mi hermana Estefanía viendo la televisión mientras mi madre preparaba el desayuno, me sentía feliz y emocionada por mi primer día, a su vez me sentía asustada.

¿Le caería bien a los demás niños?

¿Haría amigos?

-Hora de ducharte-con un gesto de disgusto me acerqué a la ducha y sin decir una palabra mis ojos se llenaron de lágrimas, odiaba bañarme en las mañanas. Me preguntaba porque debía hacerlo.

Normalmente era una niña muy llorona, aunque también era dulce, sonriente y amable, era una niña inteligente que pensaba en grande y era muy social.

Sentí que pasó una eternidad hasta que mamá me sacó de la ducha, me vistió y nos encaminamos a la escuela. Eran nada mas 3 minutos de camino no era necesario un taxi o un auto para llegar. Así nos pusimos en marcha.

Observaba todo mi alrededor, normalmente era curiosa y muy distraída cuando del paisaje se trataba, imaginaba escenas en dónde yo era un hada o una mariposa que podía volar por todo el mundo y ser libre.

-Mami cuando yo sea grande seré una mariposa- ella me sonrío y podía notar el brillo que mis ojos destellaban el entusiasmo al imaginarme que alguna vez podía volar.

-Serás una bonita mariposa- me dijo ella con una sonrisa que la caracterizaba.

Llegamos a la escuela y dos mujeres de unos 25 años estaban en la puerta de la escuela. Una de cabello negro de tez blanca y la otra de cabello castaño y de tez morena.

Ambas saludaron amablemente y la de cabello negro se puso de cuclillas y luego decirme.

-Hola preciosa bienvenida- pero yo no le dije nada, me limité a ver a mamá y comencé a llorar, algo había en ella que no me agradaba.

A lo mejor eran los nervios ¿no?

Mamá tomó mis manos y dijo.

-Solo serán unas horas, pronto regresaré por ti-levanté la mirada sentí mucho valor para entrar sin despegar los ojos de ella aún llenos de lágrimas.

A mamá se le notó que no me quería dejar en aquel lugar, algo dentro de mí quería detenerla y que me llevase a casa, pero algún día tendría que andar sola por el mundo y tenía que estar preparada.

Con un inmenso dolor lanzó un beso con mirada triste y yo entré al lugar.

El patio del colegio no era muy grande, en el centro se encontraba un tobogán de color amarillo que tampoco era muy grande, a la izquierda un sube y baja de color rojo y a su lado unas plantas de flores amarillas; a la derecha 3 columpios de color amarillo, junto a una bola de color azul que daba vueltas y lo llamaban “El mundo”.

En el distinguí a una niña que estaba jugando girando sin control hasta que vomitó. Con desagrado seguí mi camino e ignoré esa escena tan desagradable.

Al instante la campana sonó y todos los niños que ya habían hecho amigos se sentaron juntos, observé que una niña de cabello rizado y bajita estaba sola, sin más me acerqué a su lado.

-Hola, ¿puedo sentarme?

Ella se giró con una sonrisa y asintió con la cabeza.

-Y… ¿tienes amigos? Yo suelo ser muy parlanchina, odio el silencio por eso tomo la iniciativa de entablar una conversación.

-Si.

Por otro mi compañera no lo era

¿Cómo te llamas? -Sonreí con dulzura.

-Kelly- devolvió la sonrisa.

Silencio…

Para mí serían las horas más largas y aburridas de mi pequeña vida.

ᴀᴘʀᴇɴᴅɪᴇɴᴅᴏ ᴀ ᴠɪᴠɪʀ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora