Capítulo 10 De la mano del diablo

347 54 2
                                    

Lo más doloroso de amar, es perderte en el proceso de querer demasiado a alguien y olvidar que tú también eres especial.

-Ernest Hemingway.

A los días de nuestra ruptura supe que tenía otra relación, realmente me sentí bien por él, no me trató mal y a pesar de no sentir nada por él yo tampoco lo traté mal.

 Supongo que el tampoco sentía nada por mí, ya que nuestra relación fue un tanto extraña. En algunas ocasiones ni siquiera nos saludábamos y otras nos tratábamos solo como amigos.

En un año tuve bastantes novios, claro no al mismo tiempo, con ninguno me sentí especial, ninguno me trató bien, tampoco lo esperaba incluso perdí la cuenta de las veces que me engañaron.

A veces pienso que me merezco todas esas cosas.

Todo pasa por algo, y lo que no pasa también es por algo.

Llegué a pensar que nada especial me iba a pasar en la vida y cuánta razón tenía…

La historia se repitió y conocí a un chico que dijo ser mi mejor amigo por meses, yo pensé que esta vez no sería lo mismo y que solo seríamos eso, pero no, iniciamos una relación. La diferencia que esta vez con sentimientos.

Axel ese es su nombre, un chico con problemas de autocontrol y problemas con su padre, recibía maltratos y yo quise quedarme para apoyarlo y mostrarle que cosas bonitas te suceden y hay espacio para la felicidad en tu vida.

Pero esta vez yo sería la víctima del maltrato.

Mi papel en esta relación fue tan dolorosa, que aún hay días en los que me culpo por las cosas que permití que pasaran y por no salir de ahí a tiempo.

Cada vez que lo veo mi corazón se acelera y mi sonrisa se agranda, me siento feliz por tenerlo a mi lado, por compartir cosas con alguien.

Nuestra relación no está aprobada por mis padres, ellos dicen que algo en él no les gusta, yo lo defiendo.

Hablo con ellos y les digo que se den la oportunidad de conocerlo, pero ellos se niegan, es un gran reto continuar, pero no le pongo importancia, quiero estar con él.

Lo difícil fue cuándo su verdadero carácter salió a la luz.

-¿Nos veremos en la tarde?

Silencio.

-¿Pasa algo?

Nada.

-Me puedes decir que tienes, sabes que te escucho- hice un gesto de abrazarlo, pero él tiro bruscamente de mis brazos.

Yo por otro lado bajé la mirada.

-No confío en ti- su respuesta fue muy hostil.

Me sorprendió la forma en que me habló y antes que pudiese decir algo me tomó de la mano y me quitó el teléfono.

-Quiero ver con quienes hablas- quise quitárselo, pero era muy alto y con solo subir sus manos, yo no podía alcanzarlo, muy molesta le dije que lo regresara, pero me ignoró.

En ese instante borró el número de amigos y de algunos familiares.

Me dijo que lo hace por amor y porque no me quiere perder.

Yo le creí, pensé que tenía razón y era por amor.

Las cosas fueron subiendo de nivel, ya no eran insultos inocentes.

Dejó de llamarme por un mes entero, nos hemos encontrado unas cuantas veces en la calle y solo pasa por mi lado como si no me conociera.

¿Qué hice de malo?

Preocupada buscando la manera de contactarlo y de saber cómo está, si ya comió o si se siente bien.

En mi mente se cruzaba que yo tenía la culpa por hacerlo enojar, tenía miedo de perderlo, ya que a diario me decía que nadie me amaría como él.

Al fin me llamó para quedar, en estos momentos tengo algunos problemas y quiero hablarlo con alguien, que mejor que mi novio ¿no?

No tengo dinero, así que él pasara por mí en unos minutos.

Sin muchas ganas me arreglé y a los minutos pasó por mí.

Traté de contarle el problema, pero él solo quiere tocarme, sus manos bajaban por mis muslos, incomoda me alejo.

Me da miedo tener relaciones con alguien, no me siento lista y menos en este momento.

Sin ponerme atención se subió encima de mí y comenzó a besar mi cuello, le digo que pare, lo hago más de tres veces…

Él no escucha.

El miedo me invade, mi corazón se acelera.

Tengo miedo, tengo mucho miedo.

Nuevamente le digo que no quiero.

Muy molesto se quitó, un alivio se mezcló en mí.

Su reacción es la siguiente:

Se fue…

Me dejó sola, sin dinero y lejos de casa.

No me quedo otra alternativa que empezar a caminar.

Me abrazo a mí misma con lágrimas en los ojos.

Con un dolor en el pecho y un temblor en mis manos.

Milagrosamente un señor muy amable me llevó a mi casa.

ᴀᴘʀᴇɴᴅɪᴇɴᴅᴏ ᴀ ᴠɪᴠɪʀ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora