Capítulo 2 Esperanza

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La esperanza es lo último que se pierde, pasan cosas en el camino tan malas, pero tan malas, que creemos que todo el tiempo será así y se sabe que: porque un día de tu vida sea malo no significa que todos los días serán así, hay días en los que sientes una felicidad increíble y te olvidas de las cosas malas que han pasado o las cosas por las que has llorado.

Para mis padres hoy era un día de esos, sintieron que dentro de ellos un rayito de luz y de esperanza se incrustó en sus vidas.

Se llegó el día del nacimiento del bebé, papá estaba en su trabajo y mi mamá en casa.

Mi abuela materna se encontraba en uno de los sofás de la casa, cuándo escuchó un fuerte quejido que salió de mi mamá, rápidamente se acercó a la habitación donde ella se encontraba y se dio cuenta que el bebé venía en camino. Ella llamó a papá y este le dijo que en una hora llegaría al hospital.

Después de una gran lucha toda la habitación se llenó de llantos y de felicidad.

El doctor dijo lo siguiente.

-Felicidades es una niña- a ella se le llenaron sus ojos de lágrimas y de felicidad pensando en la reacción que su esposo tendría y que su optimismo dio resultado después de todo.

Mi padre llegó al hospital después de un tiempo, con la respiración agitada, sentía que su corazón iba a explotar.

Se acercó a la habitación y cuando abrió la puerta, se encontró con mamá y un bebé envuelto en una manta rosa, al instante se dio cuenta que de una niña se trataba, no supo muy bien cuál fue su reacción o como interpretar con palabras lo feliz que estaba.

Pero a los días la vida les pondría otra prueba.

 A los dos meses de mi nacimiento enfermé de neumonía a tal punto que me internaron por 15 días. El miedo se apoderó de ambos, no querían perderme, ya no querían sentir ese dolor.

Mamá no dormía de la tristeza y papá se sentía desesperado.

15 días enojados con la vida, llenos de miedo e impotencia salieron adelante. Hicieron todo lo que el doctor les indicó, compraron toda la medicina necesaria para mi recuperación.

La bendición llegó cuando me dieron de alta. 

Felices llegaron a casa, mi hermano feliz de que nuestros padres se les iluminara el rostro de felicidad y de que yo estuviese de vuelta en casa.

Decidieron llamarme Daniela, mi madre leyó el nombre en una revista de cocina y mi padre estuvo de acuerdo.

Nuestra pequeña familia fue bendecida con otra niña, a pesar de extrañar a mi hermana se dieron cuenta que la vida es tan incierta, trae cosas consigo tan extraordinarias, pero a su vez debe destruirte para luego hacerte sentir que vale la pena vivir.

ᴀᴘʀᴇɴᴅɪᴇɴᴅᴏ ᴀ ᴠɪᴠɪʀ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora