A las nueve de la mañana, Cormac apareció en donde le había indicado usando las piedras de mi collar.
—¿Lista para la prueba? —fue lo primero que me preguntó cuando el humo desapareció.
—Sí —le sonreí, él me devolvió la sonrisa.
—¿Cuánto falta para que inicie la prueba?
Miré mi reloj, —treinta minutos.
—¿Ya tienes tu traje de baño?
Asentí, —abajo de la ropa.
—Perfecto.
Comenzamos a caminar hacia donde la segunda prueba se llevaría a cabo. Estaba un poco lejos de donde Cormac había aparecido, pero con treinta minutos nos sobraba tiempo. Deambulamos por los jardines de Hogwarts unos minutos, muy cerca del bosque, que era por donde estaba el camino para llanear a la segunda prueba. Cormac me daba consejos para que el hechizo durara el tiempo en el que estuviera bajo el agua y no me pusiera nerviosa, y me ayudaban mucho.
Bajamos por una colina, en ella nos topamos con Fred y George, que traían dos cajas repletas de dinero colgando de sus cuellos.
—¡Hagan sus apuestas! —gritaban—. ¿Apuestas?
—Dos chicos —decía uno.
—Dos chicas —agregaba el otro.
—Todos irán al fondo, ¿quién sobrevivirá?
—¡Hermanita! —me vió George—. Diles a tus amigos que apuesten, te va ganando Cedric.
—¿No quieres apostar? —le preguntó Fred a Cormac.
—No tengo dinero —rió nervioso.
—Bueno... ya nos vamos —les dije a los gemelos—. ¡Nos vemos!
Se despidieron y siguieron convenciendo a los demás para que apostaran, seguro podrían llegar a ganar mucho dinero.
Al bajar, llegamos a un pequeño muelle rodeado de barcas. Nos subimos a una, y apenas se llenó, comenzó a moverse por sí solo, llevándonos al medio del Lago Negro. La gran mayoría de personas dentro me deseaban buena suerte, mientras otras se quedaban viendo a Cormac (la mayoría chicas). Él intentaba hacerse el que no se daba cuenta, pero era obvio que lo disfrutaba.Llegamos al centro del lago, y allí había tres grandes y altas plataformas. Una era para Beauxbatons, en donde varias chicas se bajaron, la plataforma de en medio era de Hogwarts, donde Cormac y yo bajamos, y después la barca siguió hasta la siguiente plataforma, la de Durmstrang. Apenas se vació, regresó al muelle para que otro grupo de personas se subiera.
Me acerqué a donde estaban los demás campeones, los cuales estaban acompañados por un pequeño grupo de personas, supongo que serán sus amigos, por lo que Cormac se pudo quedar a mi lado. Le dejé encargada mi ropa y me acerqué a la orilla. Cormac me dió unas ultimas palabras y me deseó suerte.
—Bienvenidos a la segunda prueba —anunció Dumbledore—. Anoche, a nuestros cuatro campeones les fue robado algo, un tesoro invaluable. Ahora estos cuatro tesoros, uno por cada campeón, yacen en el fondo del Lago Negro. Para poder ganar, cada campeón deberá encontrar su tesoro y regresar a la superficie. Sólo contarán con una hora para hacerlo. La prueba comenzará al soñar el cañón.
En ese mismo instante, el cañón sonó. Le di una ultima mirada a Cormac y me aventé al agua.El agua estaba helada, sentía que me quemaba. Tenía la piel de gallina... Me tenía que concentrar. Conjuré el encantamiento casco-burbuja. Inmediatamente me rodeó una burbuja alrededor de la boca y nariz, similar a una máscara de oxígeno.
Comencé a nadar alrededor, era un paisaje extraño, oscuro y neblinoso. No podía ver nada más allá de tres metros de distancia. Pequeños peces pasaban a todas direcciones alrededor de mí. No había rastro de otros campeones, ni sirenas, ni nada parecido.
Me adentré a un campo de algas gigantes, debían tener sesenta centímetros de altura. Esperaba que este fuera el camino correcto. Miraba hacia delante... y entonces, sin previo aviso, sentí una fuerte punzada en el tobillo, que hizo que saliera una burbuja de aire de mi boca, era un grito de dolor. Me retorcí para mirar, era un grindylow, un pequeño demonio marino con cuernos, y estaba aferrado a mi tobillo con sus garras, mostrándome sus afilados colmillos. Me apresuré a sacar mi varita, pero antes de hacerlo, más grindylows llegaron, y me intentaban arrastrar hacia abajo.
—¡Relaxo! —grité.
La varita, en lugar de lanzar chispas contra los grindylows, arrojó lo que parecía un chorro de agua hirviendo. Los grindylows chillaron y se soltaron, aproveché y nadé lo más rápido que pude para alejarlos de mí, y cuando me agarraban de nuevo, les metía una patada.
Pude ver que al lado mío, pasó una figura casi humana a toda velocidad, era una sirena. Debía ir hacia donde estaba lo que debíamos recatar, por lo que la seguí lo más rápido posible, intentando no perderla de vista.
Era una ciudad, ahí debían de vivir las sirenas y tritones. Eran criaturas de piel cretina y pelo verde oscuro, largo y enredado. Sus ojos eran amarillos, del mismo color que sus dientes afilados. Había una multitud de estas criaturas que flotaban delante de sus casas, alineados. Al final de su fila, había varios cuerpos atados. La reconocí inmediatamente, era Ginny, y a su lado estaba Hermione.
Entonces por eso no había visto a Ginny en la mañana, y no me había deseado buena suerte... Me fijé en las demás que estaban atadas, una era una estudiante de Ravenclaw que no reconocía, pero recuerdo haberla visto con Cedric durante el baile de navidad. También había una niña que no parecía de más de ocho años, tenía pelo plateado, seguro era la hermana de Fleur Delacour.
Me acerqué a Ginny y la agité. No respondió. Parecía como si estuviera en un sueño profundo. Miré lo que la ataba, era una alga gruesa, viscosa y muy fuerte. Me hundí para recoger una piedra punteada, cuando lo hice, regresé hacia dónde estaba Ginny.
Me constó trabajo, pero después de unos minutos la logré cortar. Ginny flotaba inconscientemente en el agua.
Miraba a mi alrededor. No había señal de ningún otro campeón. ¿Qué debía de hacer? ¿Si no los rescataban se quedarían en el Lago Negro por siempre? Lo dudo mucho... pero.... me volví hacia Hermione, de inmediato una de las sirenas se me acercó y me apuntó con su tridente.
—¡Solo uno! —me dijo.
—Pero ella es mi amiga.
—Sólo una.
Iba a decir algo más pero entonces los tritones y sirenas que me rodeaban miraron hacia arriba. Al levantar la vista, vi a Cedric nadando hacia aquí. También tenía la misma burbuja alrededor de su nariz y boca que yo.
—¡Nos perdimos! —dijo—. ¡Fleur y Krum vienen detrás!
Asentí. Cedric sacó un cuchillo de su bolsillo y liberó a la chica de Ravenclaw, para luego subir y perderse de vista.
Me dirigí hacia Ginny y la tomé del brazo, lista para irnos. Comencé a nadar hacia la superficie, pero era un poco tardado. Pesaba mucho.
Volví mi mirada hacia abajo y vi que los tritones y sirenas gritaban. Algo monstruoso se dirigía hacia ellos abriendo paso por el agua: el cuerpo era de un hombre en traje de baño, pero la cabeza era de tiburón: era Krum. Él fue directamente hacia Hermione y de un mordisco rompió la atadura. La tomó de la cintura y rápidamente se impulsó hacia la superficie.
Solo faltaba Fleur, y no debía de estar muy atrás. Ya no debía tardar en llegar. Seguí nadando hacia la superficie, mirando de vez en cuando para ver si Fleur ya había llegado. No había rastro de ella.
Me faltaba poco para llegar a la superficie, y ella seguía sin aparecer.
Le di un impulso a Ginny para que pudiera llegar a la superficie y nadé de regreso hacia la hermana de Fleur con la piedra en la mano y la varita en la otra.
—¡Apártense!
Solo salieron burbujas, pero al parecer me entendieron, ya que miraban horrorizados mi varita.
—Dispérsense o lanzaré un hechizo. Contaré hasta tres —usé mis dedos para que entendieran bien el mensaje—. Uno... —bajé el primer dedo—, dos...
Se dispersaron inmediatamente. Nadé hacia la niña y y la desaté lo más rápido posible. Y así de rápido como la desaté, nadé hacia la superficie.
Fue durante el asenso que el cansancio comenzó a presentarse. Las piernas me dolían de tanto patalear, y la hermana de Fleur se sentía muy pesada. Miré hacia arriba, faltaban por lo menos tres metros.Mi cabeza rompió con la superficie del agua. Aire limpio, fresco, y maravilloso, ya lo extrañaba. Ginny nadaba alrededor, parecía que me buscaba. Cuando me encontró, nadó hacia mí y me abrazó como pudo para no hundirse.
—¡Mar! Me asusté cuando vi que Krum llevaba a Hermione, y tú no estabas cerca mío...
—Ginny —la interrumpí—, me duelen las piernas como no sabes. Ya vámonos, por favor.
Jadeando tiré de la niña hasta las plataformas, tenía suerte de que Ginny me ayudara, por lo que el camino no fue tan pesado. Ella se veía asustada y confusa, pero solo le dijimos que su hermana estaba en una de esas plataformas esperándola y se tranquilizó un poco.Desde las plataformas, la multitud armaba muchísimo alboroto: todos estaban gritando y chillando.
Apenas llegamos a la plataforma de Hogwarts, todos los jueces nos estaban esperando para ayudarnos a subir. Primero fue la hermana de Fleur, después Ginny, y al final yo, que fue Cormac quien me ayudó a subir.
—¿Estás bien, Mar? —me preguntaba Cormac mientras me rodeaba con una talla.
—¡Gabguielle! ¡Gabguielle! ¿Estás bien? —le preguntaba sin parar Fleur a su hermana. Me volteó a ver—. La salvaste aunque no tenías pog qué. Muchas ggacias.
Me abrazaba, hasta que madame Pomfrey la separó y se la llevó.
—Ven, vamos —me levantó Cormac y me apartó un poco. Vi que Ginny estaba siendo atendida y ya se veía menos pálida, estaba entrando en calor.
—Lo hiciste muy bien, Mar, de verdad —me decía Cormac.
—Fui la última... —dije—. Había llegado primera, pero al ver que no llegaban los demás, me esperé un poco —me dió un escalofrío y Cormac me puso otra toalla encima—. Llegó Cedric, me dijo que ya venían los demás-.
—Fuiste penúltima —me interrumpió—. Fleur no pudo terminar debido a los grindylows.
Me puse las manos en la cara por la frustración. Cormac me pasaba su mano por mi espalda, ayudándome a entrar en calor y a la misma vez reconfortándome.
—¡Atención! —gritó Dumbledore y su voz resonó por todo el Lago Negro—. Hemos tomado una decisión. El ganador es... ¡el señor Diggory!... quien utilizó el encantamiento casco-burbuja magníficamente —sonó una gran ovación—. Hemos hablado con la jefa de las sirenas, y nos ha contado lo que pasó exactamente en el fondo del lago, por lo cual, a la señorita Weasley, dado que fue la primera en llegar al lugar, y ademas tuvo la determinación de rescatar no sólo a su hermana, sino también a la niña , se le ha acordado otorgarle el segundo puesto, por su gran integridad moral.
Se escucharon gritos y chillidos.
—¡El segundo puesto! —gritó Cormac.
Yo reí al verlo, parecía más emocionado que yo. Me abrazó fuertemente.
—La tercera y última prueba tendrá lugar al anochecer del día veinticuatro de junio —continuó Dumbledore—. Se les notificará a los campeones en qué consiste justo un mes antes. Gracias a todos.
Todos se me comenzaron a acercar para felicitarme, pero me enfoque más en darles abrazos a mi familia y sólo agradecerles a los demás. Y una vez me dijeron dónde estaba Ginny, fui directamente a ver cómo se encontraba....
—Ya pasó —me dije aturdida tirándome al pasto una vez Cormac regresó a Ilvermorny.
Ya tenía ropa seca y no sentía más el frío. Ya había pasado, había superado la prueba y no me tendría que preocupar por nada hasta mayo que me dijeran en qué consistía la siguiente prueba.
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Una Potter Disfrazada de Weasley
Fiksi PenggemarMarlene Weasley es una chica de cabellera pelirroja y ojos esmeralda. Es una Weasley hecha y derecha. O eso es lo que piensan todos. Después de recibir una carta para un colegio en América, su sueño de ir a Hogwarts se desmorona. Pero no parece...