Spirithia I - Asesinos

Capítulo 40: Cultura

Spirithia, como se ha mencionado anteriormente, se rige por un sistema de una religión primaria a la vez. Esto implica que solo habrá una religión que pueda decidir cómo funciona el ciclo de vida de las almas y a dónde irán para culminar dicho ciclo. Bajo esta norma, el catolicismo lleva controlando Spirithia durante cientos de años al ser la expresión de fe más fuerte que alimenta el mundo físico y espiritual, por lo cual el camino final termina siendo el cielo o el infierno.

No obstante, existen ciertos vacíos a estas consideraciones de fe. Los espíritus pueden tener libertad de fe durante su tiempo en Spirithia, se estableció que cualquiera tiene derecho a ser juzgado y obtener el descanso o castigo eterno. Cualquier cultura será respetada por Dios y su jerarquía de seguidores, no se discriminará a nadie por sus creencias.

Lamentablemente, esta norma no puede ser entendida por espíritus comunes que creen que su verdad es absoluta. Un ejemplo de esto es lo que ocurre en Liozgard.

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Liozgard es un reino que nació a través de la unión de distintas aldeas tribales de diversas culturas humanas a través de la historia, un paraíso espiritual. Todas las formas de pensar son abrazadas en esta nación, independientemente de qué tan distinta sea una con la otra. Siempre han tenido un solo lema: "En el frío de la existencia, el calor más puro se consigue aceptándose mutuamente". Un mensaje que los ayudó a sobrevivir durante generaciones, pues tiene la medalla por ser una de las naciones más antiguas en Spirithia.

Las ciudades de Liozgard se caracterizan por tener espíritus de todas las eras históricas, pero optaron en su mayoría por practicar un estilo de vida más antiguo, rústico, por así decirlo. Sin embargo, tienen zonas y sectores modernos donde pueden acceder a servicios de salud y alimentación, la educación es integral, pero se rige por tradiciones.

Para Logan fue muy difícil adaptarse, todos lo aceptaron, pero él ya no quería estar ahí más tiempo, moría por salir a conocer el mundo, y más importante aún, hallar a sus amigos.

El problema con Liozgard era que cualquiera podía entrar y ser parte del clan principal, pero una vez dentro estaba prohibida la salida por "medidas de seguridad y protección". Como no eran una nación bélica, temían que cualquier ciudadano cometiese un error afuera y se volviesen objeto de conflictos, alterando su situación y perjudicándolos.

Nuestro carismático espíritu de hielo estaba siendo entrenado por el jefe tribal de una de las tribus más tradicionales del reino, su nombre era Apaata. Era un hombre bajo, de metro cincuenta y ocho, moreno y con rasgos asiáticos, calvo y muy delgado. Su atuendo era un traje como el de los inuit, ancho y con detalles de animales como si fuesen pinturas rupestres diseñados con hilos.

Apaata era sumamente estricto, trataba de enseñarle a Logan a su manera, ignorando por completo lo que el muchacho quería aprender.

- El hielo es un elemento que siempre se ha destacado por ser estático, niño –dijo Apaata.

- ¿Estático? –preguntó Logan, sentado frente a una hoguera repasando sus lecciones con su maestro.

- El hielo no necesita cambiar, el hielo y las naciones que lo representan se han mantenido fuertes por ser fieles a sus formas. El hielo siempre será hielo, no necesitamos saber nada más.

- ¿Sabe que no estoy muy de acuerdo, líder Apaat? –contestó Logan -. Sé... sé que el hielo ha sido un elemento tradicional junto con su gente, pero vamos, es imposible no adaptarse, los tiempos cambian, debemos cambiar con ellos.

- ¡Tonterías! Eres repulsivamente liberal y desinteresado, definitivamente no me cabe duda de que eres el peor estudiante que he tenido en toda mi vida y muerte. Por eso odio a los humanos, detesto su manía por querer cambiar todo.