Capítulo 5: Agua

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Lorein:

-¿Ya me toca? ¿Ya puedo habar? ¿Ya? ¿Ya? ¿Ya? A todo esto, ¿cuántos somos hasta el momento? –pregunta Lorein.

-Lorein, espera tu turno. Pues, ya estamos casi todos los de aquí, faltarían tú, Ángela, Sebastián y hay que esperar a que lleguen Cynthia, Máximo, Kimberly y Alejandro.

-Ah, Alejandro... -Camila estaba escuchando, su mirada se tornó asqueada.

-Vamos, Cami, ¿qué hay de malo con que venga? Es parte de la familia –le increpo.

-Un familiar que no llama desde la reunión en París –contesta Sebastián.

-Reunión obligatoria, por cierto –añade Logan.

-Gracias, Logan, tú siempre tan oportuno. Idiota –Lorein le responde y le tira un golpe en la nuca.

-Oye, solo digo, que si quisiera venir con nosotros hubiera respondido a los correos –Logan está siendo más inteligente de lo usual.

-¿Sí saben que es posible incluso que ya haya bajado? –dice Mariela.

-Nah, no bajaría solo. Es estúpido, no imbécil –esa es una de mis frases favoritas.

-Wow, Alex, sí que sabes contar el mismo chiste mil veces –me responde Camila.

-Oigaaan, ¿ya puedo hablar? –Lorein continúa insistiendo.

-Lorein, espera a que Claudio termine –le dice Sebastián.

-¿Qué? ¿Yo qué? –Claudio está detrás de nosotros como si nada.

-¿Claudio? ¡¿En serio?! Oye, ¿hace cuánto acabaste? –grita Logan.

-Ah, no lo sé, como diez minutos. Fui a tomar aire un momento.

-O sea que... !La máquina está libre! –Lorein va saltando hacia la máquina.

-No lo llamaríamos máquina. Max dijo que era un dispositivo complejo que almacena el alma de las neuronas y convierte los recuerdos en una especie de libro –trato de explicarlo de la forma más sencilla posible.

-Entonces, creo que Max inventó las videograbadoras –Claudio responde con mejor ánimo, parece que le cayó bien ese aire.

-¡Dejen pasar! ¡Quiero grabar mi video! –Lorein nos empuja y finalmente llega a donde quería.

-Lorein, eres una niña –le sonríe Claudio.

-Sí, lo sé (sonrisa pícara, ¡sonrisa pícara, la amo!). Pero si no lo fuera, ¿luego quién sería Lorein? No me demoro, lo juro.

...

Bueno, no sé si está funcionando esto, de hecho no sé ni cómo funciona una videograbadora actual, no me juzguen, ah, cuando viajamos por primera vez teníamos doce. Está bien, he tenido un año para ponerme al día entre un viaje y otro. Y con respecto a lo que sucedió después de nuestra segunda aventura, no quería salir. Me deprimí mucho.

No quiero que esta sea una carta de despedida o un testamento apresurado, pero mi nombre es Lorein Pardo, soy una humana y a la vez un espíritu de agua, tengo dieciseis años a diferencia del resto. ¿Por qué? Porque mañana es mi cumpleaños. Mañana, trece de mayo del 2013, cumpliré diecisiete, ¿no es divertido? Una chica común y corriente se va en crucero para esa fecha, yo atravesaré dimensiones astrales, no digan que no quisieran estar en mi lugar.

Gran cosa, eres menor por un año, Lorein, qué gran historia. No sé qué decir, recién volví a ser quien era hace un mes cuando llegó la invitación. Debo reconocer que fue tentadora, la oportunidad de resarcir nuestros daños de hace unos meses. Alerta de spoiler: la cagamos en grande. Seguramente Alex ya les contó algo pero sí, matamos a Dios, ese sujeto barbón todo de blanco que te ponen en las estampitas como si supieran cómo luce en verdad. La verdad es, que de lo que dije solo lo de barbón es cierto, aún recuerdo esa armadura negra, cómo la odiaba.

¿Dónde me quedé? Ah, sí, agua. Imaginen una sirena, así me identifico, bueno mi animal de linaje según Lunerva era la serpiente, no entendí mucho a que se refería diciendo eso, pero supongo que Spirithia aún después de seis años sigue siendo un lugar enorme para una sola chica. Amo el agua, desde pequeña solía ir a la playa y meterme al océano y esperar a que la marea me regrese. Soy huérfana, el mar me recordaba lo pequeña que era, pero cumplía la tarea de mecerme cuando estuviese triste. Otro dato curioso de mí, creo que soy lesbiana. O sea, creo, no estoy segura, pero me gusta sentirme lesbiana. Sí, ya saben, esas mujeres que besan otras mujeres. No lo podía creer, cuando lo empecé a pensar estaba en el infierno y pues, iba de aquí para allá con Ángela y supongo que, me nació besarla. Ya ella quizás les dé más detalles. Soy Tauro, veamos, me encantan los postres y... ¿a quién quiero engañar? Ya no sé qué más hablar de mí. Trato de mantener mi conducta infantil de hace dos años, la chica alegre, risueña, que nunca ve el lado negativo de nada, pero no puedo, lloro por las noches, tengo miedo, no puedo estar cerca del mar, me preocupa que algo salga de ahí, como si estuviese aún en Spirithia, y luego recuerdo que quizás ya no pueda volver a los lugares que amaba mientras viví ahí.

Amar, que linda palabra, ¿no? Creo que, no se me tiene permitido expresar esa acción, una vez me dijeron, que "el agua es vida, porque son diferentes corrientes, diferentes caminos, pero el mismo destino: más agua. Y eso es vida, el caminar por donde te plazca y hacer lo que te propongas, pues al fin y al cabo, la meta de llegada es igual para todos". Creo que es un lindo pasaje, pero creo que la meta no es la misma para todos. En eso se equivocó Lunerva.

Sonreír, vivir y alzar el pulgar, ese es mi estilo de vida, sigo usando la misma expresión que prometimos usar hace ya como seis años, y no me arrepiento, es mi símbolo y el de mi familia. Es hora de bajar, supongo. Estoy ansiosa, pero no dejaré que me consuma, voy a pagar lo que hice allá en el Cielo, voy a pagar lo que hice en Spirithia; pero, solo hay una cosa que me preocupa hasta el día de ahora. A donde vamos, está él, de seguro. ¿Quién será ese malnacido? No sabemos. Solo sabemos, que debemos tener miedo, y no estoy hecha para sentir miedo. Esa es Ángela, el amor de mi vida, o eso creo, es difícil salvar el mundo y pensar con quién te acostarás al final del día, pero bueno, las mujeres no podemos detenernos a pensar qué haremos al día siguiente, no en este mundo de mierda.

Spirithia I - AsesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora