Capítulo 17: Laberinto

58 19 23
                                    

-¿S-Spirithia? –pregunté.

-"Tierra del alma" si quieres usar la traducción en tu idioma –me respondió el guía.

-Espera, ¿qué idioma es el que tú usas entonces? –preguntó Logan.

-No, no, yo doy respuestas, pero ustedes no pueden preguntar. ¿Sabes qué? Te lo voy a conceder esta vez. Los Mentores, al igual que todos los espíritus, usamos un lenguaje llamado Soularen. Es imperceptible para ustedes, si hablaran con un espíritu, su cerebro entendería español. El Soularen para ustedes los humanos solo puede ser hablado, pero no escuchado.

-Sé que dijo que no se podía preguntar, ¿pero a qué se debe eso? –Máximo se mostraba más tranquilo, estaba curioso.

-Porque un francés no puede aprender chino sin haberlo escuchado primero. No esperen entenderlo si jamás han entrado en contacto con él. Pueden repetir las palabras, como si estuvieran leyendo un cuaderno, pero claramente no podrían tener la mínima idea de qué significa –el guía de hecho dio un buen argumento.

-Todo esto es una locura, no sé por qué hablan con él, lo más probable es que solo esté esperando a alguien para matarnos o algo peor –pensó Ángela, quien se lucía muy incrédula frente a lo que estaba observando.

-Apuesto a que es un traficante de órganos. Esto no puede ser real, estas son solo ruinas que usan para esconder cadáveres –pensó Cynthia, quien trataba de mantener la compostura, pero era de las que más miedo reflejaba en el rostro.

-Señor, en serio, por favor, tenemos mucho miedo, déjennos... –Alejandro estaba hablando, pero fue interrumpido por el guía.

-Ta, ta, ta –el guía posó sus dedos frente a los labios de Alejandro-. No es necesario que hables, no están aquí para morir, ni mucho menos ser "traficados" como está pensando la pequeña de ahí atrás.

Ángela queda fría, estaba convencida de que solo había pensado eso. La confusión la hace caer de rodillas al suelo, temblando y sudando. Lorein trata de ayudarla a levantarse pero las piernas no le responden.

-No puedo creer que los incas tuvieran esto escondido todo este tiempo –dijo Mariela con una voz muy baja.

-Incas, mayas, aztecas, griegos, vikingos, incluso los mesopotámicos y los rapa nui. Hay un templo como este por cada religión o sociedad que alguna vez haya existido. ¿Realmente piensan que debajo del Vaticano solo hay desagüe? Es más, solo aquí en Perú, hay al menos unos diez lugares como estos, todos escondidos en desiertos, montañas, incluso en el fondo del océano –el guía daba vueltas a nuestro alrededor. En cada lugar donde pisaba dejaba huellas rojas, como lodo mezclado con sangre.

-Y todos esos templos –continuó el guía-. Son supervisados por mí: Lightwing, el Mentor del Sol Blanco. Durante años, mi trabajo ha sido proteger los laberintos de esta región, evitar que los encuentren y que dañen su estructura. Pero por alguna razón, esa última ya no será mi tarea dentro de poco. En fin, reglas son reglas. De lo único que estoy seguro es que ahora tengo que terminar de ayudarlos a cruzar el laberinto y ver qué camino tomará cada uno.

-¿A qué te refieres con caminos? ¿No se supone que en un laberinto solo hay una solución que lleva a un mismo lugar? –preguntó Claudio.

Lightwing se detuvo un momento. Miró hacia abajo, comenzó a dar fuertes pisotones y a gritar. Nos asustamos por un momento.

-¡¿Creen que no lo sé?! –gritó-. ¿Tienen idea de cuántas personas me han jodido con esa tontería de que "los laberintos tienen un solo camino correcto? ¡Yo no diseñé estas cosas, solo trabajo aquí, enanos estúpidos.

Spirithia I - AsesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora