Matar o Morir

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Cada día el cuerpo del pecoso iba obteniendo nuevas marcas y nuevos hematomnas hasta hubo un caso en donde casi se rompe el brazo
practicando lucha con Juan pero a la
par que su cuerpo sufría nuevas lesiones, sus músculos iban incrementando considerablemente.

Siete meses habían pasado, siete meses donde los entrenamientos eran más duros y agotadores conforme pasaban los días, los huesos de Rodrigo ya no lo soportaban. Ivan siempre iba a ver
como practicaba con el castaño, se quedaba sentado observando todo de alguna manera eso le gustaba ya que no quería quedarse solo
con el castaño. Después de pasar siete meses entrenando con Guarnizo habían entablado una amistad de entrenador y alumno, sin embargo,
Rodrigo aún desconfiaba de él. Jamás le perdonaría lo que le hizo.

Carrera se encontraba tumbado en la cama luego de tomar una fría ducha, solo levaba puesta su bata de baño y sus cabellos aún se encontraban
algo húmedos. La rutina de hoy había sido demasiado agotadora y solo quería descansar pero el sonido de alguien llamando a su puerta hizo
que se levantara para ver quien era.

•R-   Angie, sucede algo?
-durante todo los meses que había estado vivierndo en la mansión, la pelinegra se habían vuelto muy buenos amigos
e incluso podía decir que era la única persona en la que confiaba en toda la casa.

Comenzar una nueva vida alejado de todo a lo que estaba acostumbrado fue dificil, sobretodo dejar sus estudios. Todos los días se preguntaba
qué habría sido de su mejor amigo Tomás, cada vez que lo recordaba le daban ganas de llorar y se arrepentía de no haber podido confesarle sus sentimientos cuando estaban juntos..

•A-   El señor Ivan quiere que te lleve a la sala de diversión, hay algo que quiere que hagas.

•R-   ¿La sala de diversión?

•A-   Es un sala donde todos se reúnen para beber y ver peleas, es casi como un club clandestino de callejeros, exclusivo del señor.

Como sonaba eso no le agradaba en lo absoluto al castaño pero no tenía más opción que obedecer.

•R-   Espera a que me vista, ya salgo .
-dijo cerrando la puerta para poder vestirse.

Su armario ahora estaba más lleno que antes, todos los trajes que alguna vez estuvieron ahí fueron reemplazados por prendas que Ivan mandó a comprar para él a veces quisiera que
el pelinegro le preguntara por sus gustos antes de comprarle pura ropa negra como si lo hiciera para volver sus días aún más depresivos.

Junto con su nueva amiga, caminaron por todos los pasillos de la mansión que por cierto aún no memorizaba, hasta llegar a otras de las tantas misteriosas puertas que esa mansión tenía.

•A-   Pasa, yo no tengo permitido entrar a la sala de diversión así que espero que luego me lo cuentes todo.

•R-   Lo haré .
-dijo atravesando la entrada, era
increíble ver como el pecoso había ganado más confianza.-

La puerta conectaba con un estrecho pasillo, siguió el largo camino hasta encontrarse con un alto guardia lo sabia porque los guardias de la mansión siempre iban vestidos con trajes negros
y lentes de sol, Rodrigo iba a preguntarle donde se encontraba Ivan pero el guardia lo sujetó fuertemente del brazo y comenzó a arrastrarlo, Rodrigo estaba listo para poner en práctica todo
lo que había aprendido con Juan pero el guardia lo soltó introduciéndolo en un pequeño cuarto.

El Rey Y Su Pequeño Príncipe. Rodrivan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora