Hazel
─No sé qué decirte ahora mismo ─me veo diciendo y papá aprieta los labios al tiempo en que da un pequeño asentimiento.
─No tienes qué decir algo ahora ─asegura y no sé si eso me deja más tranquila. Su mirada encuentra la mía─. Soy consciente de que la noticia ahora es inesperada, pero de verdad espero que el Laurier sea tuyo.
Me toma algo de tiempo procesarlo y creo que aun cuando lo hago, no me es posible creerlo.
Niego.
─Sabes que eso nunca ha estado en mis planes.
Quizás cuando era niña deseaba convertirme en chef en uno de los restaurantes de mi padre, pero ahora sueño con tener mi propio restaurante que no sé si realmente me agrada la idea de quedarme con el Laurier.
─Bueno, todo será a su debido tiempo, ¿no?
─¿Es por eso que me has traído aquí? ¿para hablar sobre tus negocios y planes a futuro?
Mis palabras salen un poco bruscas y puedo percibir el resentimiento en mi voz. Tal vez una parte de mí esperaba que esta cena fuera más diferente, más normal, quizás más como una cena entre un padre y una hija que intentan ponerse al tanto sobre sus vidas, pero ya debería ser consciente de que mi padre evita esas cosas a toda costa.
Es un hombre de negocios y solo eso. Rara vez ha actuado como un padre.
─No exactamente, Hazel ─dice intentando eliminar la repentina tensión que hay a nuestro alrededor─. Sabes que extraño pasar tiempo padre e hija.
─Vaya, a mi no me lo parece.
Suelta un suspiro lleno de exasperación.
─¿Siempre vas a complicarme las cosas?
─No creo que pueda hacer eso si siempre han sido complicadas entre los dos.
─Hazel... ─dice mi nombre tratando de mantener la calma, puedo percibirlo en su voz─. ¿Es por tu madre, no es así?
La mención de mamá hace que mi cuerpo se tense y me tengo se sujetar de la silla, mis manos se cierran con fuerza en los costados de la silla como si eso fuera a mantenerme en equilibrio. Papá se da cuenta que ha tocado una parte muy sensible de mí y en vez de evadir el tema como de costumbre, decide seguir hablando.
─Era una mujer maravillosa, lo sabes ─comienza y siento una opresión en el pecho, y solo basta con unos segundos para que mis ojos se humedezcan─. No eres la única que piensa en ella, yo... aún lo hago a pesar de que no toquemos el tema, tu madre era perfecta en muchos sentidos y tu te pareces bastante a ella.
Intento esbozar una sonrisa, pero no puedo, me duele el corazón, eso es lo que pienso.
─¿Es por eso que me apartaste de ti cuando era aun una niña? ─decido preguntarle y mi pregunta cambia el rumbo de la conversación, se vuelve más hostil. Sí, son temas que quizás es mejor tocarlos en privado que en lugares públicos como nosotros dos nos encontramos, pero no puedo evitarlo, necesito una respuesta de su parte porque no puedo seguir martirizándome con todo este asunto.
A veces, preguntar sobre algún tema que nos lastima no es con la intención de seguirnos lastimando con el tema, necesitamos respuestas aun cuando no son las que esperamos y sabemos que pueden dolernos más de lo que podemos imaginar, pero el ser humano siempre es curioso por naturaleza y la curiosidad que surgen con las preguntas es inevitable.
Siempre queremos respuestas.
Los ojos de papá se posan sobre los míos y se queda mirándome por unos minutos, ninguno rompe el contacto visual, puedo decir que no es como esas miradas típicas que siempre posee, esas miradas severas o que suelen analizarte, esta es diferente, más íntima, más nostálgica y sé que he dado en un punto sensible para él también.
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Chef Kisses
RomanceEaston ha trabajado duro para convertirse en el siguiente chef en el restaurant que trabaja. Después de un largo tiempo lo ha conseguido, pero cuando su jefe le dice que tiene que trabajar con otro chef en la cocina cree que es una broma, en especia...