Capítulo 45 | Hazel

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Hazel

No me tope con Easton en el departamento, cosa que deseaba hacer.

Papá llama a mi celular un par de veces y decido no contestar su llamada, pero cuando veo que Deborah me ha llamado, dudo en si debo contestar o no, así que termino contestando cuando hace una segunda llamada.

─Hola, Hazel ─dice Deborah del otro lado de la línea, su voz es tranquila─. Solo quería llamarte para asegurarme de que estabas bien.

No hace falta que entre en detalles conmigo sobre porqué quiere comprobar que estoy bien, quizás papá ya le ha ido con el chisme de que Easton y yo estábamos manteniendo algo en secreto y las cosas no han resultado tan bien como digamos.

─Hola Deborah, estoy bien. No tienes por qué llamar ─quizás sueno un poco ruda pero no me importa, al menos, no estoy en mis mejores ánimos como para tener una conversación tranquila con ella, quizás no tenga una mala intención y sea amable cada vez que nosotras hablamos, pero eso no quita el hecho de que este del lado de papá.

─Me alegro de oírlo, cariño ─esa palabra provoca que los vellos de mi piel se ericen, en especial cuando me hacen recordar a mamá, ella solía decirme cariño cuando era una niña, que Deborah lo haga se siente extraño─. Tu padre está preocupado por ti, ha estado llamándote.

Y ahí lo tienen, el motivo por el que ella ha llamado.

Aprieto los dientes y me quedo silencio por unos largos minutos no dispuesta a hablar, Deborah aprovecha mi silencio para seguir hablando sin importar que no quiero que lo haga.

─Escucha, recién me he enterado sobre tú y aquel chico del restaurant, Easton, ¿no es así? ─Mi cuerpo se tensa al escuchar el nombre de Easton salir de ella y ante el hecho de que está admitiendo que papá debe contarle casi todo─. Lo siento mucho Hazel, sé que quizás no es el mejor momento y no estas de ánimos para hablar con alguien, pero quería dejarte saber que, aunque tu y yo no seamos unidas, puedes contar conmigo si lo deseas, entiendo lo difícil que puede ser enamorarse de alguien y que las cosas resulten en un desastre, no estoy llamando en parte por tu padre sino porque quizás necesitas una amiga, alguien con quien hablar y apoyarte y quería ofrecerme para ello.

Si que no veo venir ni una de las palabras que Deborah ha dicho, sin embargo, me parecen sinceras y por un instante quiero contarle, abrir mi corazón hacia ella y decirle que las cosas no están bien, que no me siento bien y dudo mucho que todo vuelva a estar bien.

Pero por mucho que deseo hacerlo, no lo hago, me reservo todo lo que mi corazón está sintiendo para mí porque me parece la manera más estable de mantenerlo seguro, sin alguna forma en que se rompa más de lo que está.

Supongo que todos en algún punto de nuestras vidas hemos experimentado esa sensación en la que solo deseamos refugiar al corazón, quizás meterlo en una cajita y ponerle llave con la intención de que no se pueda abrir y así no se vuelva a romper porque reconstruirlo no es una tarea para nada sencilla.

─Gracias Deborah.

Es lo único que se me ocurre decirle y dejo que haya un silencio en la línea por un tiempo.

─Oye ─vuelve a hablar rompiendo el silencio─. ¿Te gustaría salir a comer mañana? Podríamos tener un día de chicas.

Aunque la idea puede resultar tentadora solo por el hecho de que creo necesitar tener a alguien para hablar sobre como me siento, tengo que rechazarla porque Deborah no me da la suficiente confianza.

─Lo siento Deborah, pero no puedo ─me siento un poquito mal al decírselo, pero no tengo de otra.

─Está bien, no te preocupes ─percibo una pizca de decepción en su voz y me siento mal por rechazarla─. Lo entiendo.

Chef KissesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora