Cuando llegó a casa con su nuevo corte, a su mamá casi le da un ataque cardíaco, Pavitr no era una persona que tomaba decisiones tan impulsivas y mucho menos sobre su físico, siempre había preferido estar preparado al menos mentalmente para esas cosas, aunque le dijo que ya lo tenía pensado hacía un tiempo, su rostro aun estaba levemente inflamado por el golpe y tanto su madre como su tía Maya no pudieron evitar notarlo. Con algunas pequeñas mentiras logró calmarlas, quería tratar de no preocuparlas debido a las circunstancias de adaptación por las que estaban pasando, aunque ese mes todo había mejorado a la vista de las mujeres de la casa.
—¿Cómo va el colegio? —Preguntó la anciana en su idioma materno mientras Pavitr se encargaba de preparar té.
—Muy bien abu, los chicos son muy buenos conmigo —acercó la tetera y unas tazas.
—Por supuesto, el chico nuevo no es nada más ni nada menos que mi nieto —sintió la mano de la mujer apretando con suavidad su mejilla— Deberías invitar a tus nuevos amigos a tomar Chai algún día.
—Lo haré, no te preocupes, abu —. Pavitr sonrió sabiendo que aquello no era verdad, se atrevió a mentir solo para que no se preocuparan por él. Ya había sido demasiado complicada la mudanza, no había más razones para traer problemas.
Todas en la casa parecían estar disfrutando de la nueva vida que ahora llevaban, la cual era mucho más tranquila que antes a pesar del trabajo que su mamá había conseguido, pero Pavitr era el que peor se sentía. No decía nada, pero esa semana, cuando por fin se decidió a acomodar su habitación, sintió una tristeza y nostalgia enormes cuando vio las fotos con su familia y amigos, definitivamente se preguntaba si mudarse tan lejos había sido una buena decisión, con total tranquilidad podrían haberse mudado simplemente a otra ciudad.
Ya no estaba rodeado de su cultura, de su gente, de su idioma. Pasó de tener una cálida bienvenida escolar y estar rodeado de sus amigos a sentir todos los días al menos un empujón seguido de algún comentario negativo contra él y ya no querer asistir a clases, pero era lo mejor para la familia, y eso era lo único que evitaba su insistencia para volver a la India.
Esa noche cuando se miró al espejo en su habitación no pudo evitar soltar algunas lágrimas al ver su cabello, le gustaba como se veía y le agradecía muchísimo al chico que lo ayudó a arreglarlo, pero no había sido su decisión cortarlo en un principio.
Al día siguiente la entrada de la escuela estaba tapada por un grupo significativo de alumnos, todos los estudiantes formaban una ronda, algunos grababan, otros gritaban alentando. Pavitr se hizo espacio entre la gente y se dio cuenta de que al parecer había una pelea. Su rostro palideció al ver quienes se estaban golpeando.
—¡Hobie! —gritó el hindú ansioso, pero el chico más alto no dejaba de golpear a la otra persona en el suelo, no fue hasta que Pavitr se acercó y Hobie se dio cuenta de que estaba ahí, que lo dejó. Cuando se levantó, se dio cuenta de que la persona en el piso era la misma que le había cortado el pelo.
—Uh... ¿Buenos días? —saludó y lo miró algo avergonzado por tener que haberlo visto así.
Pavitr sin pensarlo dos veces, con preocupación lo agarró por la muñeca mientras Hobie lo saludaba y lo llevó hasta la enfermería de la escuela. No siempre había alguien allí así que él mismo se encargó de ayudarlo con su labio roto. El menor no había hablado en todo el camino, ni siquiera mientras curaba su herida.
—Lo siento cachorro, ¿Estás enojado? —. Lo vió suspirar.
—¿Eres idiota? —Hobie se sorprendió un poco al escucharlo, casi nunca usaba vocabulario "vulgar" —Agradece que no te golpeó en el lado del piercing, ¡Pudo haber terminado peor! —El mayor no pudo evitar soltar una risa suave y sintió su labio arder aún más por lo que se quejó.
—¿Estás preocupado? —Pavitr ya no quería contestarle pero de igual forma lo hizo.
—¡Por supuesto que si! —Hubo un pequeño silencio.
—Entonces tal vez debería pelear más seguido —. Hobie le dio una sonrisa pero al parecer el otro no entendió.
—Ni se te ocurra —dijo mientras terminaba de ayudarlo con su labio.
El director y su secretario habían sido muy claros con él al pedirle que "supervisara" a Hobie y lo ayudara a pasar de año, y aquello no le molestaba en absoluto, pero no estaba funcionando.
Por el resto de la semana, Pavitr siguió a Hobie a todos lados excepto cuando debía entrar a clase, el chico más alto casi ni entraba, pero eso no significaba que él tampoco lo hiciera. Al final consiguió sus horarios y poco a poco intentaba convencerlo, además, habían pasado varios días desde la última pelea que había tenido y no volvió a meterse en otra, aquello era bueno, ¿O no?
Descubrió que Hobie era bastante popular entre los alumnos, ya sea por su estilo tan peculiar, su personalidad o simplemente por sus acciones dentro de la institución. Actuaba así porque Hobie Brown odiaba a las autoridades.
Hobie Brown no dudaba en protestar en contra si algo no le agradaba
Hobie Brown era muy impulsivo.
Hobie Brown odiaba que molestaran a Pavitr Prabhakar.
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mudanza | chaipunk
FanficLas mudanzas marcan un antes y un después en la vida de las personas, por lo general trayendo consigo un desequilibrio emocional que causa estrés. Pavitr sufre un cambio rotundo en su vida, comenzando de cero en un nuevo país, con un idioma completa...