5

266 45 2
                                    

Pavitr se había olvidado lo que era la tranquilidad en esa escuela, lo olvidó en el instante en que escuchó un golpe seco contra el suelo. No hizo absolutamente nada para detenerlo, solo podía mirar si no quería que lo molieran a golpes, y no es que Pavitr no tuviera fuerza, porque la tenía, después de todo, practicaba yoga bastante seguido.

Se sentía inútil, porque no quería pelear, ellos eran más y mucho más altos que él, así que solo pudo ver como destrozaban su celular contra el piso. Habían llegado demasiado lejos.

En 3 meses habían pasado muchas cosas, no sólo había empezado una nueva vida completamente distinta a la anterior, si no que ahora sufría constantemente ese acoso escolar. No se hubiese esperado que el chico más punk e intimidante de la escuela hubiese formado ahora una especie de amistad con el, aunque en un principio solo era por el bien de ambos, habían terminado siendo más cercanos de lo esperado.

—Como se te ocurra decirle a Brown, vas a ver —sintió sus manos presionando fuertemente su rostro mientras lo amenazaba.

Ahora si estaba en problemas. Había ido hasta su casillero a buscar su celular, se había acordado que se lo había dejado ahí dentro, se suponía que él y Hobie intercambiarían sus números para mantenerse en contacto fuera de la escuela, pero ninguno tenía su celular a la mano así que Pavitr fue a buscarlo. Aunque ahora no tenía celular, su pantalla estaba hecha trizas y no encendía.

Mientras volvía a donde estaba esperándolo el más alto se puso a pensar en que haría, ahora tendría que conseguir uno nuevo y por supuesto que no le diría a su madre, no era posible que un celular se rompiera de esa forma solo por una caída.

—Bueno eh... Parece que lo perdí —Hobie lo miró sin poder creerlo.

—¿Te diste cuenta ahora? —Pavitr asintió.

—Así que haré esto —dijo después de pensar unos segundos y escribió con un marcador en la palma del más alto un número—. Es el número de mi casa, hasta que consiga otro teléfono. —Hobie sonrió de lado y Pavitr solo pudo mirarlo embobado— Probablemente responda mi tía si llamas, pero pregunta por mi.

—Entendido —. El más alto miró el número unos segundos antes de despedirse y cada uno volver a casa.

El menor iba caminando hacia su casa cuando pasó por en frente de una cafetería donde había un cartel que resaltaba "Se busca mesero/cajero". Pensó un momento antes de entrar.

***

—¿Por qué no contestas los mensajes? —preguntó su madre con preocupación cuando lo escuchó llegar, después de todo, Londres era muchísimo más grande que Mumbai.

—Creo que perdí mi celular —la mujer se dio vuelta y lo miró, su hijo ya sabía que diría así que se apresuró—: No te preocupes, conseguiré otro.

Antes de que pudiera decir algo más, se movió hasta su habitación. Agarró la laptop con la que estudiaba, se acomodó en su cama y comenzó a redactar un CV¹ con todos los datos que podía, había ayudado en un negocio familiar bastante tiempo, por lo que era bueno en la atención al cliente así que creyó que tal vez sería una buena idea agregarlo, de alguna forma aquello podría contar como experiencia laboral. En la India era mucho más común que en Inglaterra ver a adolescentes o menores trabajar, así que él había ayudado en aquel negocio por un tiempo.

A pesar de que se había sentido tan emocionado por la idea de encontrar un trabajo, aún estaba lleno de ese sentimiento de no solo enojo, si no tristeza por tener que recuperar algo que ni siquiera había roto él.

Sin dudarlo, llevó aquel papel y en ese mismo momento le hicieron una rápida y corta entrevista.

—Estamos bastante contentos con tus aptitudes —dijo el hombre luego de demorarse un poco, Pavitr sintió una pequeña pizca de ilusión—. Pero hay un pequeño problema, aún no tienes 18 años —. Se desilusionó un poco hasta que el hombre volvió a hablar— Veo que los cumples dentro de poco, podemos reservarte el lugar para ponerte a prueba. —Habían tenido muchos problemas para encontrar personal y no iban a desperdiciar esa oportunidad.

Por supuesto que aceptó, agradeció varias veces antes de retirarse, aquello significaba que sólo debía esperar unos días hasta que fuera su cumpleaños.

Y los días no se hicieron tan largos de esperar, su abuela no paraba de preguntarle por sus compañeros, pero Pavitr prefirió explicar que estaban muy ocupados con los exámenes y que prefería no invitarlos. Lo que ese día sorprendió al Hindú fue la llamada que recibió.

—¿Pav? —escuchó a su tía llamarlo— Tienes una llamada.

Sin tener idea de quien podría ser, fue hasta el teléfono y contestó.

—¿Si...? —preguntó algo inseguro al contestar pero no pudo evitar sonreír al escuchar aquella voz.

—Hey, cachorro —Hobie al otro lado de la línea sonreía—. ¿Estás ocupado? Necesito ayuda con un trabajo de literatura y me gustaría verte —ambos se quedaron en silencio—. Para que me expliques.

—¡C-claro! ¿A dónde te parece vernos? —no iba a negar que se había puesto algo nervioso ante las palabras del otro chico. "Es tarea, es tarea, tarea, tarea" Se repitió mil veces en su mente.

—¿Recuerdas mi lugar de practicas?

Pavitr no tardó ni siquiera 20 minutos en estar listo y salir caminando hasta el lugar, no quedaba tan cerca de su casa. Fue con emoción, cargando su mochila en la espalda con los libros necesarios para ayudarlo. Pero al llegar se dio cuenta de que aquel día parecía estar lleno de sorpresas.

—Feliz cumpleaños, cachorro.

-------------

Buenass! Cómo están?

Espero que no haya quedado tan desastroso el capitulo, todavía ando estudiando fuera de mi país así que no tengo mucho tiempo.

Gracias por leer! <3

Mudanza | ChaipunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora