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No pudo resistir contra sus pensamientos. Hacía mucho tiempo que no había tenido un sueño húmedo tan... satisfactorio, y el bulto que sobresalía de sus pantalones era la prueba más evidente.

Ni siquiera pensó dos veces antes de desabrochar su pantalón y bajarlo levemente junto con su ropa interior. Llevó su mano hasta la caliente extremidad que había liberado y comenzó a moverla poco a poco, jadeó mientras aún recordaba con claridad aquel sueño.

Un sueño que comenzó tranquilo, como cualquier otro, y terminó con él separando las flexibles piernas de Pavitr para abrirse paso a su interior, dejando besos y caricias por todo su cuerpo, haciéndolo sentir bien mientras se retorcía bajo su toque y sintiendo su apretado y caliente interior que lo volvía loco. Recordaba perfectamente sus suaves gemidos al principio y como poco a poco comenzaba a subir el tono, los recordaba como si los hubiese escuchado él mismo.

Haber soñado con tener al más bajo gimiendo y pidiéndole que siga fue la perdición para Hobie, quien movía un poco más rápido la mano en su erección.

La forma en la que lo penetraba entrando y saliendo de su cuerpo y como ambos disfrutaban, lo hacían querer que no fuera solo en su sueño. Le gustaba aquel chico, le gustaba su rostro, su personalidad, y ni hablar de su cuerpo, le encantaba todo de él y ya no podía negarlo, no después de esto.

Hobie llevó suavemente su cabeza hacia atrás cuando sintió que un líquido espeso y caliente salía de su cuerpo, soltó un gemido bajo y trató de calmar su respiración. Solo se había quedado dormido un rato y terminó hecho un desastre.

***

No tenía idea de cómo iba a mirar a la cara al chico ese día después de lo que había hecho, así que por su bien personal y cordura, decidió no cruzarselo por hoy. Sabía que los chicos de su curso aún lo molestaban y cada vez iba de mal en peor, así que no quería cruzarlo, pero tampoco dejarlo solo.

Cuando lo veía a lo lejos, mantenía distancia para que no lo notara pero aun así estar seguro de que aquellos chicos no le hicieran nada. Si Hobie se ponía a pensar, parecía un acosador, pero le daba lo mismo mientras Pavitr estuviera bien.

Al chico Hindú le parecía realmente extraño no haber visto a Hobie, estaba algo preocupado, ¿Tal vez no había estado cómodo en casa? No creía, ya que se había divertido viendo aquellas fotos.

—Ahí estabas —. Escuchó una voz conocida detrás de él y se giró— Te estuve buscando, desapareciste del mapa

—Uh... Si, lo siento, ¿En qué te ayudo, cachorro? —preguntó ya sin más opción al verlo cerca de él. En realidad había extrañado interactuar con aquel chico.

—Hoy tocaba matemática, mañana es tu examen. —Recordaba los exámenes tanto suyos como los de Hobie, ya tenía sus horarios y las fechas de los exámenes eran públicas para toda la escuela y quien preguntara.

—Cierto, si, vamos —lo había olvidado por completo, nunca recordaba las fechas de los exámenes así que simplemente le hizo caso y fueron a estudiar donde siempre.

Estudiar unas pocas horas fue una total tortura para el más alto, Pavitr estaba especialmente lindo ese día y tampoco podía dejar de pensar en el sueño de la otra vez, se sentía algo culpable ya que el chico solo estaba intentando ayudarlo y él estaba muy distraído.

—¿Estás bien? —reaccionó al escuchar la pregunta y lo miró.

Se dio cuenta de que los ejercicios en la hoja que tenía en frente seguían en blanco, de repente se había olvidado como hacerlos, se sentía realmente un tonto, ¿Por qué estaba así?

—Si, lo siento —dijo antes de comenzar a hacer los ejercicios, no estaban tan mal hechos pero tenían varios errores.

—Que extraño... —pensó Pavitr en voz alta con su vista en la hoja y luego lo miró— Tal vez estás muy distraído, espero que mañana estés bien.

—Lo estaré, no te preocupes —anunció sin romper su imagen de ser una persona con confianza.

A lo mejor había estado pensando demasiado, pero no podía evitar sentirse algo culpable por haber deformado aquella imagen tierna y linda del chico a su lado. Pero a quien engañaba, le había gustado y tal vez, solo tal vez no se arrepentía.

Y es que le gustaba tanto...


mudanza | chaipunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora