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— ¿Qué es lo que haces tanto en el celular?

Xiao Zhan rodó los ojos y apretó los dientes, comenzando a sentirse nefasto nuevamente.

—Estoy charlando con Li Xian, Aaron.

—¿No se supone que Li Xian está ocupado trabajando?

Xiao Zhan bloqueó el celular y le miró fijamente, comenzando a enojarse de verdad.

—Es su tiempo libre. Carajo ¿Es que acaso quieres leer tu mismo la conversación?

—Está bien —Aaron extendió la mano hacia él.

—Estás de broma ¿Verdad?—era el colmo. Aaron había estado fuera de sí desde hace tres semanas, y no hacía otra cosa más que vigilar cada movimiento que Xiao Zhan hacía—¿Ahora también quieres leer mis mensajes privados?

Aaron frunció sus cejas ante la actitud de su esposo ¿Por qué se ponía a la defensiva si aseguraba que no tenía nada que esconder?

—Oh, vamos, si estás diciendo la verdad no te importará que mire ¿O es que no quieres que vea que has estado en contacto con Wang Yibo todo éste tiempo?

—¿Qué?—su mandíbula no fue hasta el piso sólo porque estaba pegada a su cráneo.

—Dame el maldito celular, quiero ver qué tanto tienes ahí.

El alto le arrebató el celular de las manos e introdujo el patrón de desbloqueo sólo para darse cuenta que Xiao Zhan lo había cambiado.

—¿Por qué no es el mismo? ¿Qué intentas esconderme Xiao Zhan?

—¡Lo cambié porque Li Xian seguía desbloqueándolo y usando mi celular para tomarse fotos! Por un demonio, Aaron ¿Por qué desconfías tanto de mí éstos días?

—Tú sabes bien porqué ¿Acaso tú...?

—¡Ya basta, Aaron! ¡Cállate! Prometimos que lo olvidaríamos, dijiste que jamás hablaríamos de eso y continuaríamos como si esa noche no hubiera sucedido.

—¡Pero no puedo, Xiao Zhan, no puedo olvidarlo! ¿Cómo podría olvidar que mi esposo estuvo en la cama de alguien más?

—¡Fuiste tú quién me lanzó a esa cama, Aaron!

Xiao Zhan se había puesto de pie, furioso mientras señalaba a su esposo con el dedo y ladraba de rabia.

—Lo hice por ti ¿Recuerdas? Yo no quería, pero insististe en que sólo iba a ser una noche y luego seguiríamos adelante — Aaron apretaba los puños a cada lado de su cuerpo —  Pues bueno, te informo que ha pasado casi un mes e intento seguir como acordamos.

Rodeó el cuerpo de Aaron y salió de la casa hecho una furia.

~*~

Había sido un completo iluso, creyendo que Aaron podría olvidar lo que sucedió esa noche, pero sobre todo, creyendo que él lo olvidaría y seguiría adelante. Fue un completo idiota, queriendo haberse engañado a sí mismo de esa forma, pues desde ese día, no había momento en el que no recordara las manos de Wang Yibo recorriendo su cuerpo, la manera en la que le había besado. No había noche que no soñara que estaba de nuevo entre sus brazos, con él llenándole por completo.

Su cuerpo se estremeció sólo de recordar nuevamente cada sueño húmedo que había estado teniendo con el castaño. Frunció el ceño, caminando más rápidamente por la calle. A pesar de que no podía olvidar a Wang Yibo, no había seguido en contacto con él y procuraba no ser él quien lo sacara a tema entre Aaron y él.

Estaba intentando con todas sus fuerzas superarlo, dejarlo ir completamente, pero la actitud de Aaron sólo se lo hacía más y más difícil, haciéndole recordar el trato que Wang Yibo había tenido con él esa noche, el caballero que había sido en el restaurante y lo salvaje que fue dentro de la cama. 

Soltó un suspiro antes de dar un brinco cuando se percató que un auto bajaba la velocidad y se acercaba lentamente a él. Subió a la acera para dejar que el auto se estacionara y caminó más rápido, pero el carro simplemente se orilló y siguió andando lentamente detrás de él. 

Se cruzó de brazos mientras volteaba hacia atrás para echar un vistazo, temiendo que le estuviera siguiendo. Sus ojos se ampliaron al reconocer el Lamborghini de Wang Yibo. Sus pies pararon en seco, dejando que Wang Yibo manejara hasta igualar sus posiciones. El castaño bajó del auto, sin apagar el motor.

—  Xiao Zhan, espero que no te moleste verme por aquí.

Wang Yibo lucía tan seguro de él mismo, con su habitual traje de trabajo. Él negó lentamente, mirando hacia el final de la calle, si Aaron venía detrás de él y ve a Wang Yibo ahí, pensará que lo ha estado viendo durante esos días.

— No deberías, no, ¿Qué estás haciendo aquí?

— No he podido dejar de pensar en ti.

Además Wang Yibo era malditamente directo, no tenía pelos en la lengua y siempre decía lo que pensaba sin importarle las consecuencias, o al menos esa era la impresión que le daba siempre.

— W-Wang Yibo, yo...

El castaño dio dos pasos hacia él, haciendo que las palabras se le atoraran en la garganta y se callara abruptamente. 

 — Ven conmigo — Xiao Zhan negó, mirando de nuevo detrás de él, en dirección al final de la calle — Por favor, sólo ésta vez. 

Los grandes ojos del pelinegro se posaron en la mano que Wang Yibo extendía hacia él, esperando que la tomara. Su corazón comenzó a latir fuertemente, podía escuchar la sangre viajar con fuerza cerca de sus oídos. Tragó saliva, sabiendo que lo que iba a hacer estaba mal, sin importar de qué lado lo viera, pero de todas formas posó su mano derecha sobre la del adverso, tomándola con un titubeo.

 — No te vas a arrepentir de ésto — Wang Yibo lo guió alrededor del auto aún encendido y le abrió la puerta.

Oh, ya se había comenzado a arrepentir desde antes de colocar su mano sobre la suya, pero una parte de él estaba tan emocionada por tener a Wang Yibo de nueva cuenta frente a él, le emocionaba y gustaba saber que el castaño tampoco había podido parar de pensar en él.

𝑷𝒓𝒐𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝑳𝒂𝒃𝒐𝒓𝒂𝒍  [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora