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— ¡Xiao Zhan, ya llegué!

Había pasado poco más de una semana desde el contrato fallido de Aaron, y era la primera vez desde entonces que llegaba a casa siendo tan ruidoso. El aludido corrió a la entrada, donde su esposo saltaba en un pie y luego en otro, intentando no pisar el saco y evadir el portafolio que dejó caer en cuanto llegó.

El pelinegro no pudo evitar reír y acercarse al alto para que se apoyara en él y no cayera — ¿Qué es lo que sucede? ¿Y toda esa actitud?

Su esposo subió el pequeño escalón y le tomó por los hombros, sonriendo ampliamente y dándole una mirada llena de brillo y emoción.

— La luz, Xiao Zhan, puedo ver la luz luego de estos días — alardeó con la sonrisa aún decorando su rostro — No tienes idea de la oportunidad que se ha presentado esta tarde, ven, ven, vamos a la sala para contarte.

Xiao Zhan lo siguió entre risas, tomando asiento a su lado y entrelazando sus dedos con Aaron, quien estaba ansioso por contarle.

—  Resulta que, no sé si has escuchado de este sujeto, últimamente lo mencionan mucho en las noticias, un tipo que es malditamente millonario gracias a todos los negocios que ha estado haciendo en China y todo Asia. Tiene empresas en Corea, Japón y Tailandia, el tipo se está pudriendo en dinero y su cuenta aumenta a cada segundo pasa.

Xiao Zhan negó, no había escuchado de él, no solía ver los noticieros y cuando Aaron los ponía, usualmente él se encontraba prestándole atención a cualquier otra cosa.

—  Bueno, no importa, resulta que vendrá a China luego de pasar mucho tiempo fuera, y escuché que está interesado en nuevas empresas y negocios en los qué invertir. Ésta es nuestra oportunidad, ofrecerá una pequeña fiesta privada en uno de sus hoteles, a la cual nuestra empresa fue invitada. Me han asignado para asistir y buscar establecer una reunión más privada con él.

El hombre hablaba rápido y alto, totalmente emocionado ante la posibilidad — Xiao Zhan, tienes que ir conmigo, eres mi talismán de la suerte, los mejores acuerdos los he conseguido gracias a que estuviste en las primeras entrevistas conmigo.

— Okay, okay — el pelinegro apretó con más fuerza las manos de su esposo y le dio un beso largo y tendido en los labios — Por supuesto que iré contigo, ésta es una gran noticia.

Aaron le arrastró para colocarlo sobre su regazo y reír ligeramente — Wang Yibo será nuestra salvación.

Ambos rieron entre pequeños besos, abrazándose con fuerza, depositando todas sus esperanzas en el famoso y exitoso hombre de negocios Wang Yibo, sin saber que no sería su salvación, sino su perdición.

Se ajustó el moño una última vez frente al espejo, dándose un último vistazo de cuerpo completo. Había optado por usar un traje sencillo, color negro al igual que la camisa y el moño. Aaron vestía un traje azul marino y camisa blanca, ambos estaban listos y ansiosos por dirigirse al lugar de la fiesta.

—  ¿Sí tienes la invitación con los pases, cierto? —  preguntó Aaron mientras salían del estacionamiento y se encaminaban al hotel más elegante de todo China.

Xiao Zhan asintió mientras encendía el radio y se relajaba en su asiento. Ambos necesitaban lucir despreocupados y frescos, sin embargo Xiao Zhan estaba muy nervioso, necesitaban dar una buena impresión y simpatizar con el tal Yibo para que accediera a ver a Aaron más tarde en una reunión de negocios. 

No sabía qué clase de persona era Wang Yibo, pero a juzgar por la información brindada por su marido, el sujeto debería ser alguien ostentoso y adinerado, no se sorprendería si el tipo se creía lo mejor de lo mejor en China, pues con todo ese dinero que Aaron aseguraba Yibo ganaba por segundo, seguramente ya se le habían subido unos cuantos — bastantes—  millones a la cabeza.

𝑷𝒓𝒐𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝑳𝒂𝒃𝒐𝒓𝒂𝒍  [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora