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—  Perfecto, entonces eso es todo por hoy.

Wang Yibo dio por terminada la junta tan pronto como le fue posible, estaba ansioso por volver a casa, donde había dejado a Xiao Zhan aún durmiendo, con una nota a su lado indicando que iría al trabajo y escribiendo su número de celular por si lo necesitaba. Era ya mediodía, suponía que el pelinegro ya debería estar despierto, así que pescó su celular de su bolsillo para ponerse en contacto con él.

—Wang Yibo —una mano sobre su hombro le hizo sobresaltar, sin embargo su cerebro reconoció la voz.

—¿A dónde vas con tanta prisa?

La burlona voz de Cheng acompañó el saludo de Jeng. Parecía que esos dos habían nacido pegados, a cualquier lado que estuviera uno, iría el otro. 

—Tengo cosas que hacer —se limitó a responder.

—Vamos Wang Yibo, no lo habrás olvidado, ¿Verdad?

Sus ojos se cerraron con fuerza, recordando que había quedado con ellos para ir a tomar la comida juntos y relajarse un rato. Él era un hombre de palabra, no iba a fallarle a sus mejores amigos.

—Lo olvidé —Cheng suspiró y miró a Wang Yibo con ojos entrecerrados.

—¿Dónde está tu cabeza éstos días, Wang Yibo?

Bueno, se encontraba viajando entre un par de ojos brillantes y unos muslos lechosos abiertos para él. Por supuesto, sólo se limitó a sonreír y negar, indicando el camino para el restaurante.

No les tomó mucho tiempo decidir qué ordenar. Mientras les traían su comida Jeng y Cheng le platicaban acerca de los preparativos de su boda.

—Por supuesto que les dije que no, Jeng conoce bien a ese lado de mi familia, jamás me lo perdonarían ¿Te imaginas?

Wang Yibo rió, incapaz de poder hacer un comentario al respecto, sólo había estado escuchando a medias la charla de Cheng, su mente volaba hacia Xiao Zhan, pensando en qué estaría haciendo en esos momentos, ¿Estaría husmeando alrededor de su casa? La imagen le hizo sonreír, sería adorable que Xiao Zhan se interesara en su entorno.

Jeng interrumpió a Cheng con un carraspeo y todos lo miraron—Basta de nosotros, ya suéltalo Wang Yibo.

El aludido suspiró, era obvio que Jeng no iba a pasar por alto su actitud, ambos hombres eran muy preceptivos.

—No es nada—musitó, buscando las palabras para iniciar a hablar de Xiao Zhan, justo cuando su teléfono celular sonó dentro de su saco.

Miró la pantalla, sorprendido al ver que el número de su casa. Levantó una mano hacia sus amigos, en señal de espera, y contestó.

—¿Xiao Zhan?

—Hola Wang Yibo —hubo un pequeño silencio del otro lado de la línea.

—¿Sucede algo? ¿Estás bien?

Lo escuchó aclararse la garganta antes de hablar — Estaba por preparar la comida, pero entonces no supe si normalmente comes fuera o vienes aquí ¿Debería preparar para ambos?

Podía sentir la vergüenza en el tono de voz de Xiao Zhan, incluso podía imaginar sus mejillas calientes y rojas ahora mismo. Era una dulzura. Sonrió ampliamente, a pesar de que Xiao Zhan no pudiera verlo.

—Lo siento, cielo, ahora mismo estoy comiendo con unos amigos, pero prometo estar temprano para la cena.

—Oh, está bien, que tengas un buen día, nos vemos más tarde.

—Nos vemos más tarde, si necesitas algo márcame.

Xiao Zhan afirmó y colgó, dejando a Wang Yibo con una sonrisa estúpida en el rostro mientras miraba la pantalla del celular. Demonios, era totalmente nuevo para él que le preguntaran si llegaría a casa para comer. Por una mierda que volvía a saltarse una comida con su Xiao Zhan.

𝑷𝒓𝒐𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝑳𝒂𝒃𝒐𝒓𝒂𝒍  [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora