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Wang Yibo colgó el celular y miró al pequeño bulto bajo las sábanas en su cama. Había llevado a Xiao Zhan a su casa y se había encargado de limpiar la herida en su labio y acunarlo en su regazo hasta que éste se tranquilizó y prontamente se quedó dormido.

El pelinegro no había querido contarle nada, pero él tampoco iba a presionarlo, pues de todas formas ya podía imaginarse lo que había sucedido. El maldito de Aaron apestaba a alcohol, era obvio que había explotado al ver llegar a Xiao Zhan tan tarde luego de desaparecer tantas horas.

Lo había llevado a su cama, envolviéndolo en sus mantas. Ahora lucía totalmente relajado y Wang Yibo podía jurar que Xiao Zhan lucía como un maldito ángel, a pesar de sus ojos rojos e hinchados y su labio herido. 

Se acercó a la cama y tuvo mucho cuidado cuando se sentó para no despertar al adverso. Peinó lentamente el cabello de Xiao Zhan, aspirando el olor del chico. El pelinegro se removió bajo su mano y abrió los ojos lentamente.

— Lo lamento, no quería despertarte.

Lo vio negar antes de que cerrara los ojos de nuevo y suspirara — Está bien.

— ¿Cómo te sientes?

Xiao Zhan abrió los ojos y le miró directamente, su corazón palpitó ante la mirada que le dedicó.

— Me siento mucho mejor ahora, gracias Wang Yibo.

— No me lo agradezcas, cielo.

Las mejillas ajenas se colorearon en rojo y Wang Yibo sonrió. Mierda, cómo alguien podría siquiera ponerle encima una mano con otra intención que no sea palmear su trasero en la cama a la hora del sexo. Su miembro punzó ante el recuerdo de aquella noche, pero intentó apartar aquellas escenas, no era el momento.

  — Son casi las 10 de la noche, ¿Quieres comer algo?

Pareció que el otro lo pensaba durante unos segundos antes de asentir. Wang Yibo le indicó que esperara ahí, él prepararía la cena para ambos.

Xiao Zhan nunca se caracterizó por ser exactamente un persona paciente. Al cabo de unos minutos apartó las sábanas de su cuerpo y se levantó, yendo en busca de Wang Yibo, quién preparaba la cena en la cocina.

Sonrió al verlo moverse tan fluidamente y con elegancia por su cocina, pero tal acción hizo su labio doler. Entró en la habitación para ser notado por Wang Yibo, quién le sonrió y levantó una ceja.

— Creí haberte dicho que esperaras en la cama.

— Lo lamento, comenzaba a sentirme muy solo y aburrido. 

Tomó lugar en una de las sillas bajo la barra, sin esperar a que el alto se lo indicara. En silencio, le miró terminar de preparar la cena, en algunas ocasiones Wang Yibo le miraba también y lanzaba coquetas sonrisas que hacían su corazón palpitar a un ritmo más rápido.

El castaño sirvió dos platos y se dispusieron a comer. Durante toda la cena, Wang Yibo lo alimentaba, dejando pedazos de carne y verduras en su plato, Xiao Zhan reía y los comía al instante. 

 — Ahora que estás más calmado ¿Me dirás lo que sucedió?

Xiao Zhan suspiró, dejando los palillos sobre la mesa y asintió — Cuando entré a casa Aaron estaba molesto y borracho. Cruzamos palabras y por accidente terminamos en el suelo. Comenzó a besarme a la fuerza y él...

Su voz se quebró y se llevó una mano al pecho, tratando de reprimir las lágrimas. Wang Yibo apretó las manos en dos puños, repentinamente furioso.

  — ¿Te obligó a tener sexo? — Xiao Zhan negó con la cabeza.

𝑷𝒓𝒐𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝑳𝒂𝒃𝒐𝒓𝒂𝒍  [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora