☆21☆

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—¡Y Tom hizo eso y fue una locura, y yo toque la batería y Bill canto y Georg...—Gustav frenó porque estaba hablando sin respirar.—Y Georg hizo eso con el bajo y dios mio ese concierto fue una locura!.—dijo finalmente.

El show había terminado y decidimos ir a cenar todos juntos para renovar energías, teníamos unos días para recorrer Múnich, así que decidimos salir juntos todos los días.

Realmente amaba mi trabajo, pasar tiempo con los chicos era grandioso, y tomarles fotos también.

Tom se había sentado frente a mi, y la mesa no era muy ancha, así que decidí jugar un rato.

Mientras los demás hablaban debajo de la mesa ocurrían cosas.

Me saque uno de los zapatos que llevaba puesto y con mi pie me estire para acariciar la pierna de Tom.

Cuando se dio cuenta rápidamente se volteo a mirarme, yo estaba con una sonrisa malévola mirándolo, mi pie subía y bajaba por sus piernas hasta llegar a su entrepierna, Tom se movió en su lugar para quedar más cómodo y me miró con la misma cara que tenía yo.

Bajo una de sus manos y tomo mi pie para acariciarlo pero eso me hizo cosquillas así que saque el pie rápidamente golpeándome con la mesa, Tom se río a carcajadas y yo lo mire mal.

Lo que se suponía iba a ser un momento Hot, terminó siendo un momento chistoso.

Me puse mi zapato nuevamente y termine mi comida, algo indignada por no haber logrado lo que quería.

Sentí entrar una presencia rara al restaurante y cuando me doy vuelta para ver quien había entrado veo una cabellera pelirroja acercándose a nosotros.

Caroline.

Esa perra desgraciada, ¿Que hacía ahí?.

Al notar su presencia, Bill se levantó rápido de su silla mirándola con admiración, sus ojos brillaron.

—¡Caroline!.—dijo Bill entusiasmado.—¿Qué haces aquí?.

—Hola muchachos, hola Jess.—Saludo con una sonrisa tan falsa como mi odio hacia Tom.—Estaba paseando en Múnich y me enteré que estaban aquí, así que decidí venir a verlos.

Mire a Tom quien había cambiando su semblante por completo, ni la miraba a Caroline, pero ella sí lo miraba a él.

Caroline tomó la silla que estaba al lado de Tom y se sentó, acaricio su pierna por debajo de la mesa y le dijo algo al oído.

Mire a Bill quien no apartaba los ojos de Caroline, y está ni lo había saludado.

Pobre Bill.

—¿Cómo les ha ido en el show?.—Preguntó Caroline.

—¡Genial, ni te imaginas lo que ha sido ese show, fue increíble!.—respondió Gus con entusiasmo.

Caroline ni lo miro.

Ahora me había dado cuenta de la verdadera personalidad de esa malvada mujer, ella solo quería estar con Tom, ni siquiera le importaba la banda, o los muchachos, o Bill.

Me sentía muy mal por Bill.

—Te he echado de menos Jess.—dijo mirándome a los ojos.

¿Ah sí maldita zorra?, pues yo no, imbecil.

Sonreí amablemente para no lanzarme arriba de ella y darle unos buenos puñetazos, por mentirosa.

Me devolvió la sonrisa y dirigió su mirada otra vez a Tom, le susurro más cosas que no podía escuchar por el volumen de la música del restaurante.

Durch Den Monsun; Tom Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora