DOMAR BESTIAS PARA SOBREVIVIR: PUEDO VER LAS INDICACIONES (Pausada)

115

Capítulo 115: ¿Agarrar rocas con tus propias manos? ¿Sigue siendo un ser humano?

Muy bien, la probabilidad no era muy alta.

Pero dado que los demás pueden caer, entonces con sus físicos fuertes, definitivamente podrán bajar.

Este dúo de piratas...

Que lo prueben. Si realmente no funciona, el lado de Mcgee todavía tiene mucha seda de araña.

Ataron a los dos hombres a sus cuerpos y bajaron juntos.

Incluso si los dos no pudieran bajar, aún podrían agarrarse a la roca para reducir su peso.

Después de que los dos hermanos escucharon que iban a bajar.

El rostro del tuerto mostraba un toque de emoción, pero el hermano menor estaba aterrorizado.

“Jefe, ¿por qué no lo olvidamos? Te espero allá arriba. Entonces, si estás en peligro, aún puedo levantarte”.

Dijo el tuerto con voz temblorosa.

"¿A qué le temes? Cuando nos encontramos con el gran tiburón blanco en el mar, no te vimos tan asustado como estabas. ¿Por qué estás tan asustado ahora que estamos al borde del precipicio?

Y no es que no te haya pedido que colgaras la cuerda. Ten más confianza en ti mismo. No puedes caer.

El subordinado palmeó el hombro del tuerto y dijo con confianza.

En realidad fue toda una coincidencia.

El tuerto tenía una técnica que era muy adecuada para que la usara ahora.

Eso fue escalar rocas.

Así es. Aunque era un pirata, al tuerto le encantaba escalar rocas.

Después de un tiempo, llegaba a la tierra, encontraba un acantilado muy empinado, subía desde abajo y bajaba desde arriba.

Por eso, no supo cuántas veces se cayó y tuvo que ser internado en el hospital.

Pero pareció ser por su buena suerte que no tuvo mucho que hacer y salió tras un tiempo de descanso.

El momento más grave fue cuando se rompió un hueso y estuvo en cama durante tres meses.

Incluso quería poder escalar rocas por un período de tiempo mientras navegaba en el mar.

El tuerto incluso agregó especialmente su dormitorio en el mar.

Estaba lleno de todo tipo de herramientas de escalada.

Cuando estaba aburrido en el mar, subía y bajaba en su habitación varias veces.

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El tuerto se sentiría bien.

No esperaba realmente comenzar a escalar en un entorno así.

Fue simplemente increíble.

Pero al tuerto le gustó mucho.

Hablando de eso, para sobrevivir, ya no buscaba la emoción.

Después de todo, todavía tenía que asumir la responsabilidad por sí mismo.

“Jefe, sé que le gusta la escalada en roca, pero ¿no puede traerme? Tengo miedo a las alturas, mucho miedo a las alturas”.

“Normalmente, me siento un poco mareado cuando estoy parado en el segundo piso y miro hacia abajo, y mucho menos en un acantilado que tiene decenas de metros de altura”.

“Ambos son abuelos. Por favor, perdóname.

El hermano menor quería llorar, pero no brotaron lágrimas.