Los Cuatro Portentos de Salem

Capítulo 14

Toca la sirena de fin de clases y Claire sale apresuradamente por la puerta principal del instituto antes que ningún estudiante. Le manda un mensaje de texto a Calynn y a su padre, diciendo que pueden comer sin ella, ya que tardará en llegar a casa.

Lejos de estar asustada, está nerviosa porque va a descubrir la persona por la que se comunica entre notas, después de dos angustiosos días. Sí, Claire es impaciente.

Mientras camina, va mirando el Google Maps, ya que no sabe cual es la calle que la persona apuntó en la nota.  En su cabeza se va repitiendo "Winston V", "Winston V", "Winston V", "Winston V"... hasta que, como si lo manifestara, ve el cartel apoyado en una barandilla de una propiedad con el nombre de la calle que ella lleva minutos repitiendo mentalmente.

Ella guarda el móvil en su bolsillo trasero y se adentra por esa calle. Al principio, no tiene nada de especial. Es una calle residencial cualquiera de Salem. Salvo que, al final de la calle, encuentra esa casa abandonada. Lo sabe, no por su aspecto descuidado, sino por las decenas de cintas policiales que rodean la parcela. Esta casa es el lugar dónde se vió por última vez a Chase Smith tras su desaparición. Sale constantemente por las noticias locales y a Claire le parece extraño que no haya nadie merodeando por el lugar. Sobretodo, porque la intuición de Claire dice que quien le ha estado mandando estas notas es Chase. Lo cree al 100% y está segura de ello.

Sigue caminando hacia la casa, está vez con más seguridad adquirida. Una vez llega hasta las cintas, aunque sea una ilegalidad, pasa por debajo y corre hasta meterse dentro de la casa para que nadie la vea. Una vez dentro, Claire se sorprende, ya que la casa está limpia y ordenada, al contrario de su aspecto por fuera. Se esperaba la típica casa abandonada, con paredes en el suelo, muebles destrozados, cristales rotos, basura a doquier, etc.
Pero no. Esta es una casa pequeña, la cual el salón (que es lo primero que se ve nada más entrar) conecta con una cocina abierta y con todas las habitaciones de la casa. Claire investiga cada habitación, intentando encontrar al chico desaparecido tras la fiesta del sábado. Pero, el silencio es ensordecedor. Ni siquiera se escucha el canto de los pájaros o el ruido de los coches por la calle. Abre la primera puerta, siendo esta la puerta del baño y no hay nadie dentro. Abre la segunda puerta, que resulta ser una habitación con una cama de matrimonio y una cómoda, y no hay nadie en ella. Abre la tercera y última puerta, ya con los nervios a flor de piel, y descubre lo mismo que la anterior. Salvo que, en esta habitación se esconde unas escaleras que lleva a la buhardilla de la casa.

Claire tira de una cuerda que sobresale del techo, a duras penas, y consigue abrir las escaleras. Vuelve a sorprenderse porque no ha caído ni un poco de polvo, a pesar de ser una casa que lleva más de un año abandonada, según las fuentes de información que su padre mira cada mañana.

Aún así, Claire respira hondo y se arma de valor, subiendo esos pequeños peldaños. A simple vista se ve cómo le tiemblan las manos, pero sigue subiendo decidida a destapar este "anónimo".

Una vez arriba, lo poco que se puede ver de la buhardilla es gracias a la luz amarilla tenue que cuelga del techo. Está luz está tambaleándose, con lo cual Claire piensa que fue encendida ahora mismo. Busca con la mirada a Chase y lo que se encuentra es... un lugar vacío. Vacío de personas.

Claire gira y gira sobre si misma, buscando a una persona que en realidad, no está. Se siente confundida y enfadada, a partes iguales.

Con indignación, se sienta sobre el único objeto en la buhardilla: una mesa. Ella se siente engañada por alguien que no conoce y engañada por si misma. Enfadada, abre su mochila con fuerza y saca la libreta y el libro de matemáticas. Luego, saca un bolígrafo de su estuche y lo deja sobre la mesa con firmeza. Levanta la vista de la mesa y vuelve a mirar todas las zonas de la buhardilla.