Los Cuatro Portentos de Salem

Capítulo 12

DAREK

Llego a mi casa a las 10 y media de la noche, después de haber dejado a Lynn en casa de Claire. Aunque, al final del día empezamos a caernos mejor, sé que Lynn no confía en mí y me oculta varias cosas de esa historia, así que me alegro que tenga a una amiga como Claire.

Desde el jardín no parece que estén mis padres, ya que está todo oscuro por dentro, por lo que voy más relajado. Sin embargo, antes de entrar por la puerta principal, me llega una notificación al móvil. Se trata de Henry.

Henry: Mañana prepárate porque te voy a ridiculizar, paleto.
22:26

Sonrío al móvil. Vaya gilipollas, se cree que voy a dejarme ganar en el partido de fútbol porque le debo el favor de encontrar una profesora de clases particulares en menos de 4 horas. Sí, se lo debo, pero con lo competitivo y orgulloso que soy, el favor se lo devolveré otro día, mucho más tarde.

Darek: Soñar es gratis.
22:27

- Espero que estés sonriendo porque nos vas a dar una buena noticia, después de tantos dramas en estos últimos días.

Doy un brinco del susto. Miro al frente y me encuentro a mi padre con una sonrisa un poco perversa. Da hasta miedo.

Sé que tanto mi padre como mi madre se sienten decepcionados conmigo por no saber controlar la fiesta del sábado. Sinceramente, no me gustan las fiestas. No desde que se hacen en mi casa. Básicamente, desde que tengo memoria, ya que mis padres organizaban quedadas en casa con mis amigos. En ese entonces, invitaban también a los padres y se dedicaban a hablar sobre negocios, mientras nosotros veíamos una película y comíamos en nuestra sala de cine. Sin embargo, últimamente me obligan a organizar fiestas para que el pueblo hable bien de nosotros, como que "son gente divertida y estupenda que se preocupa por la integración de la juventud del pueblo", a pesar de ser unos ricos estirados.

- No puedes seguir haciendo esto. - Le digo con una mano en el corazón, asustado.

Pasa de mí y me pone una mano sobre el hombro. Siento su agarre un poco más fuerte de lo normal. Así que, al instante presiento que no van a haber buenas noticias para mí hoy. Llevaba desde el sábado esperando esta conversación. No hemos podido hablar porque hasta esta mañana, había policías y detectives merodeando toda la casa.

- Entra. - Me exige.

Camino hacia el salón, que es único lugar de mi ostentosa casa con las luces encendidas, y me encuentro a mi madre sentada bebiendo un Martini en una copa. Está mirando hacia el gran ventanal que da para la piscina del jardín.

- Hola mamá.

Ella levanta la vista y fija su dura mirada en el gran espejo de pie que tiene en frente suya. En él, estamos mi padre y yo reflejados.

- Tenemos que hablar. Ven. - Mi madre da unas palmadas suaves en el sofá.

Me acerco lentamente. No le tengo miedo a mi madre, pero si bastante respeto. Mucho más que a mi padre. De tal modo que me siento despacio y un poco lejos de ella.

- Los asesores, tu padre y yo hemos estado... hablando. - Carraspea. - Y hemos llegado a una fácil y complicada conclusión.

Ella le hace una seña a mi padre para que sea él quien prosiga hablando.

- Que hubiera una pelea, un chico casi asesinado y otro desaparecido a causa de nuestra fiesta este pasado sábado, no nos deja con muy buena imagen, ¿entiendes?

- Sí... - Respondo con cuidado.

- ¿Sabes la gravedad del asunto, Darek? ¿Lo sabes? - Mi madre levanta la voz.