Capítulo 10

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Amapola.

El sehzade Abdullah ya tenía un mes desde su nacimiento y la noticia en el pueblo corrió tan pronto como la misma felicidad por la kadin. Quién había ayudado tanto a la gente cuando ellos mismos creyeron que nadie los tenía en cuenta.

- Bienvenida, a tu nuevo cuarto. - enunció la kadin ingresando a unos aposentos de buen tamaño. - Espero que sea de tu agrado.

Zeynep se encontraba helada, no podía creer lo que estaba viendo. Tiene sus propios aposentos, antes de haber dado luz.

- ¿Son míos?

- Por supuesto, todo gracias a la Valide Sultan. - dijo sonriente Mahidevran caminando por toda la habitación. - Y me encargue junto con Daye Hatun de la decoración.

- No sé que decir. Es mucho más de lo que me hubiera imaginado. - comentó llevando su mano a su crecido vientre.

- Ven, te encantará esto. - la invitó a pasar más cerca de la cama, para apreciar una hermosa cuna blanca. - Mustafá eligió el color y el tallado de cachorros en la madera.

- Si, porque los perros cuidarán bien a mi hermanito. Gülnihal me dijo que son los mejores amigos del hombre. - explicó Mustafá dejando un perrito de madera. - Adbullah también tiene uno igual.

- Es hermoso, sehzadem. - agradeció la gözde tomando el pequeño juguete.

- Y no solamente eso, vas a poder escoger a tus propias criadas para que te ayuden en lo que reste tu embarazo y en el nacimiento. - agregó Daye Hatun sonriente.

Zeynep abrazo a Daye por la alegría que estaba experimentando en ese momento. La favorita hizo un leve movimiento con su cabeza de agradecimiento hacia Mahidevran, ahora entendía que ella iba a ser una gran aliada. Le estaba dando algo que nunca se le otorgó a una concubina embarazada, siempre la favorecían después de dar a luz.

- Bien, será momento que me vaya, quedé con la Sultana Hatice en los jardines. Mustafá y Adbullah deben ir con la Valide Sultan.- pronunció la kadin con una sonrisa.

La castaña salió junto con sus criadas y sus hijos para ir a los aposentos de Ayse Hafsa Sultan, antes de ingresar, la kadin le recordaba el protocolo a su hijo mayor, el cual ya se lo sabía de memoria y le juraba a su madre de que sabría comportarse.

- Mi Kadin. - hablo Gülnihal acercándose a la castaña. - Quería pedirle un favor, me gustaría poder ir a visitar a Hürrem, sé que ya fui ayer, pero. - la kadin no la dejó terminar su pedido.

- Está bien, no debes explícamelo. Puedes ir ahora, mientras Gülsah y Esma se hacen cargo de mis hijos cuando estén con la Valide Sultan.

- Gracias. - dijo la de cabellos claros, dando una reverencia y entregandole al bebé a Esma, para marcharse al harem.

Mahidevran suspiro, la amistad que tenían esas dos muchachas era de admirarse. Le gustaría en un futuro pode contar así con Gülnihal.

Se despidió de sus hijos, de la hatun y de la odalisca antes de marchar sola hasta la salida del palacio. Tenía la certeza de que, si Hatice se comunicaba con otro hombre, Ibrahim dejaría de ser está especial para ella.

- Sultana Hatice. - hizo una reverencia, hace días que no habían hablado como los viejos tiempos. - Me alegra saber que acepto mi propuesta.

- Me fue imposible negarme, la curiosidad fue más grande. - respondió con una sonrisa para luego caminar a la par de la castaña. - Espero que tengas razón de ese hombre.

- Meghmeg Shalovi. - aclaró mientras se colocaba el manto sobre su cabeza. - Es una persona muy honrada, estoy segura de que ambos se entenderán. Y sino sucede, al menos el intento habría válido. - agregó caminando por los laberintos.

Volver a comenzar (Mahidevran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora