Capítulo 14

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Conflicto.

Hürrem había logrado algo que ninguna otra mujer pudo llegar a tener, y era portar un título que solo lo ocupaban las hijas y hermanas del sultán. Había demostrado que no tuvo la necesidad de ser la primera favorita o haber dado luz para obtenerlo.

A pesar que Mahidevran le había dicho que eso no cambiaba el amor que sentía su majestad por ella, estaba dispuesta a tenerlo y no compartirlo con nadie más que no fuera ella misma.

Estaba enojada con el sultán, no podía creer que le haya pedido perdón de rodillas a la kadin. Debía de castigarla, no hacerle el amor.

- Hürrem. - la llamo Gülnihal al verla ingresar al harem y correr a abrazarla. - Me alegra saber que estás bien. Tenía miedo de que te pasará algo más grave.

- Estoy bien, al igual que mi hijo. - sonrió la pelirroja aceptando el abrazo. - El sultán me cuido con tanta dedicación que nos hizo recuperar tan pronto.

- Es bueno verte, Hürrem. - comentó Miray Gözde manteniéndose en su lugar pero sonriéndole.

- Tienes razón ¿Quién iba a pensar que a Hürrem le iba a caer tan mal la tarta de granada? - añadió Melek comiendo la tarta con cierta burla.

- Seguramente fue la alergia hacia la fruta, porque la comida fue preparada por Şeker Agha, es incapaz de crear un platillo en mal estado. - opinó Ayse bajando de las escaleras.

- ¡Yo no soy alérgica a nada! - negó la pelirroja. - ¡A mí me envenenaron!

- ¡Hürrem! - le llamó la atención Daye Hatun, ingresando al harem acompañada de Firial Kalfa. - Ve a descansar, necesitas hacer reposo por el bien del bebé. - ordenó con una mirada sería.

- Mi hijo está bien, al igual que yo. Pero es bueno verla aquí, así les explica, lo que realmente pasó anoche, a las gözdes. - pidió acariciando su barriga. - ¡Dígales la verdad! Dígales que a mí me intentaron envenenar y que no fue nadie más que la misma.

- ¡¿Quién te crees que eres para levantarme la voz?! No tengo por qué seguir tus órdenes, todos sabemos que comiste algo que te cayó mal y eso provoco tu desmayo. - la hatun la interrumpió antes de que siga hablando, les habían prohibido divulgar lo que ocurrió esa noche. - Ahora retirate y ve a descansar.

- ¡Ja! Usted está del lado de esa tal Marisa, es por eso que la protege ¿Verdad? - le susurró enfurecida, para luego levantar su voz. - Por lo visto, a ti no te informaron que anoche su majestad me nombró "Sultana". - las gözdes se miraran entre ellas. - Así es, como todas escucharon, ahora me deberán decir Hürrem Sultan.

- ¡Suficiente! que ahora portes ese título no te hace invulnerable ante nuestros castigos, sigues siendo una criada del harem y seguirás nuestras reglas. - contraatacó Daye tomando el brazo de la pelirroja y haciéndola subir por las escaleras. - Hazme caso niña, no intentes culpar a nadie o sufrirás grandes consecuencias. Encárgate de no alterarte por el bienestar del bebé, porque sin él, no eres nada en este palacio. No quedarse que se repita la misma historia de Gülfem. - le susurro manteniendo su tono de autoridad para soltarla bruscamente.

Hürrem vió a la hatun irse a inspeccionar a las cariyes realizando sus tareas. Las gözdes la miraban con curiosidad y Gülnihal se acercaba a ella.

- ¿Y ustedes que me miran? Busquen una vida propia. - se dió la vuelta para ir a su habitación, mientras escuchaba las risas de las favoritas.

- Hürrem, déjame ayudarte. - se ofreció la de cabellos claros tomando el brazo de la sultana.

- Tú me crees ¿Verdad? - pregunto esperanzada. - Soy una sultana ¿Porqué me siguen tratando así?

Volver a comenzar (Mahidevran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora