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6 años después

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6 años después

Con el paso del tiempo, Mictecacíhuatl observó con mayor detenimiento la vida del pequeño Rubén. Poco después del incidente que sufrió el muchacho, su madre decidió irse del país. No se podía decir que llegaron a Estados Unidos de una manera sencilla. Telma tuvo que vender muchas cosas para tener el dinero suficiente para tomar dos boleto de avión.

Esto dejo con el corazón roto a la diosa.

Pues no podía ser capaz de soportar el hecho de que el linaje de su antes grandiosa civilización terminase viviendo en la miseria. Ella lo vio cada momento de su vida. Desde llegar a un país ajeno, trabajar para ayudar a su madre e incluso los pocos momentos de felicidad que llegaba a tener. Rubén no era una persona sociable, además de que tendía a soportar el marcado racismo y abuso por parte de otros niños.

Sin embargo, Rubén fue ganando una mentalidad fuerte y decidida. Se había prometido así mismo que no dejaría que esta nueva oportunidad que tuvo al sobrevivir sea en vano. Cuando Telma pudo finalmente mandarlo a una escuela, el chico se esforzó bastante para poder tener las mejores notas.

La mayoría lo tachaba de nerd o antisocial, incluso los maestros sentían una preocupación por un comportamiento tan reservado en el chico. Pero eso nunca le importó. Siguió trabajando, dominó el inglés y tomó empleos de medio tiempo.

Justo ahora Rubén se encontraba en sus últimos días como estudiante de preparatoria de Midtown en Nueva York. Miraba hacia la ventana, aburrido después de haber terminado con sus ejercicios de matemáticas. Todo mientras los demás estudiantes se distraían con lo que fuera. No faltó mucho antes de que el timbre de fin de clases sonara.

―Muy bien jóvenes, eso sería todo por hoy―dijo la profesora―. Pueden retirarse.

Rubén tomó sus cosas y esperó a que todos salieran. Ya habiendo abandonado el salón, fue directamente a su casillero. Tomó el candado y tras poner la combinación abrió la puerta para tomar sus libros.

― ¡Robbie! ―dijo una voz a sus espaldas.

― Hola Henry―respondió Rubén―. ¿Qué pasa?

Henry Chén era un chico asiático no tan alto de estatura, además de que estaba un poco obeso. Normalmente vestía con camisas grandes y con varios diseños geek sobre videojuegos o películas. Rubén lo conoció poco después de haber entrado a la preparatoria y era uno de los únicos dos amigos que tenía. Después de todo, los rechazados siempre terminan estando acompañados de otros iguales a ellos.

― ¿Crees que puedas pasarme tus apuntes de biología? Es que no tuve tiempo para terminarlos.

Rubén pega una pequeña risa.

―Déjame adivinar, te quedaste jugando en tu computadora y te olvidaste de todo. ¿Verdad?

―No―dijo desviando la mirada―. ¿Cómo crees?

𝐒𝐏𝐈𝐃𝐄𝐑-𝐌𝐀𝐍: 𝐓𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀 𝟒𝟑𝟏𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora