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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR

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Rubén abrió lentamente los ojos mientras la alarma de su despertador sonaba incesantemente. Sin embargo, notó que sentía el techo demasiado cerca. Muy pronto se dio cuenta que el que estaba más cerca del techo era él mismo, pues este estaba pegado por sus dedos de las manos y sus pies.

― ¡¿PERO QUÉ CARA―?!


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Desesperadamente, Rubén intentó desprenderse, ejerciendo toda la fuerza que podía

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Desesperadamente, Rubén intentó desprenderse, ejerciendo toda la fuerza que podía. Sus dedos y sus pies parecían estar anclados de una forma antinatural en la superficie. El miedo se apoderó de su mente, pues la alarma del despertador seguía sonando y no pasaría mucho tiempo antes de que su madre fuera a revisarlo.

― ¡Deja de pegarte! ―dijo volviendo a tirar hacia abajo.

Para su fortuna pudo despegar sus manos, despegando la pintura blanca del techo. Sin embargo, no todo estaba solucionado. Sus pies seguían anclados, dejándolo de cabeza y muy posiblemente con un severo golpe si llegaba a caerse.

―Ok...tranquilo―se dijo respirando profundamente―, relájate.

Con cuidado, fue despegando sus pies, caminando por el techo hasta poder llegar a la pared y descender al suelo. Por fortuna, no dejó marcas notorias. Por desgracia, una voz se hizo presente.

― ¡Hijo! ―gritó Telma en la sala― ¡Ya está el desayuno!

― ¡Ya voy mamá!

Pronto fue a su ropero pero justo cuando estaba por abrirlo, la puerta de este se desprendió de su lugar. Esto dejó sorprendido a al joven muchacho. << ¿Pero qué demonios me pasa? Primero me pego a la pared y luego rompo la puerta...>>> se preguntó.

Decidió no perder más tiempo, eligiendo unos jeans y una camisa junto con una chamarra para vestirse rápido. Sin embargo, mientras se vestía, notó en su espejo como se veía. Su cuerpo tampoco era el mismo, sus músculos estaban más tonificados que antes, incluso parecía como uno de los jugadores de la preparatoria.

<<Y ahora parezco un dios griego. ¿Acaso esto es un sueño?>> pensó mirando y tocando sus abdominales.

― ¡Rubén, se te va a enfriar la comida! ―dijo de nuevo su madre.

― ¡Voy! ―le respondió.

― ¡Voy! ―le respondió

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𝐒𝐏𝐈𝐃𝐄𝐑-𝐌𝐀𝐍: 𝐓𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀 𝟒𝟑𝟏𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora