Capítulo 11

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—¿Puedes recordarme otra vez por qué accedí a esto?

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—¿Puedes recordarme otra vez por qué accedí a esto?

—Porque me lo debes, yo te ayudé a cortar con Kendall, y te acogi en mi casa cuando tus padres se enteraron de que eras gay y te echaron. Además, no será tan malo, sólo vamos a ver una película, y el amigo de Jenna es bastante guapo. No es mi tipo, porque mi tipo son las omegas altas de mejillas abultadas, pelo castaño y jodidamente adorables, pero no está mal.

Georgie suspiró resignado.

Habían quedado con Jenna y Percy, a las seis en punto en la entrada del cine. Eran las cinco y media y los dos alfas ya estaban apoyados contra la fachada del local. Bueno, más bien solo uno, que miraba divertido cómo su amiga daba vueltas de un lado a otro a punto de morderse las uñas de los nervios.

—¿Cómo actúo con ella? Se supone que ahora somos amigas, pero yo no sé cómo comportarme con una amiga. Mi único amigo eres tú, y eres igual de imbécil que yo así que no hay necesidad de disimular.

—¡Oye!

—No voy a saber qué decirle, la voy a cagar. Seguro que piensa que soy una alfa descerebrada que solo quiere marcarle, no se me da bien disimular cuánto me gusta cuando está cerca.

—Es que eres una alfa descerebrada que solo quiere marcarle.

—¿Acaso sabemos qué película vamos a ver? Si escogemos una de miedo, a lo mejor se asusta y me abraza. ¿Eso sería bueno o malo? Por una parte, no hay nada que quiera más en este mundo que que ella me toque, pero ¿y si no puedo controlarme...

Georgie rodó los ojos y sacó su móvil, si Emma había decidido ignorarlo, él jugaría al Candy Crush. Tenía que admitir, que era divertido ver a su amiga en ese estado. Emma Myers siempre fue alguien de pocas palabras; si quería algo lo tomaba, y si algo no le gustaba lo decía, no importaba el momento ni lo inapropiado que fuese decir que aquel vestido hacía gorda a la madre de Georgie cuando la mujer estaba presente. No solía darle demasiadas vueltas a las cosas y era bastante impulsiva. Por eso, Georgie no dudaba de que Jenna fuera la pareja destinada de Emma. Por eso, y porque cada vez que tenía ocasión, metía el nombre de la omega en sus conversaciones. "Oye, Emma, quiero comer pastel." "¿Sabes que Jenna quiere ser repostera?""En serio, salgamos, me apetece mucho comer pastel." "Dentro de unos años, podremos ir a su pastelería a comer." "Pero yo no quiero comer pastel dentro de unos años, lo quiero ahora." "¿Sabes a quién le gustan también las cosas en el momento? A Jenna." Era insufrible. Otra clara señal, era que el rostro usualmente aburrido e indiferente de Emma parecía transformarse cuando hablaba de Jenna. Sus ojos brillaban y su boca se torcía automáticamente en una suave sonrisa. Percy estaba feliz por su amiga, ese era uno de los principales motivos por los que había decidido acompañarle. Más tarde descubriría que había sido una buena idea.

intocable ⋆ jemmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora